Ciudad de México. Este año “la política de vacunación es la política económica”, resumió Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Así como científicos dieron con un antígeno contra la Covid-19 en tiempo récord, ahora los gobiernos deben mostrar la misma urgencia y colaboración para que se aplique a la población y en cualquier lugar, reiteró.
Dada la coyuntura, los países necesitan más ingresos públicos y un gasto más eficiente. “En muchos casos esto significa impuestos más progresivos, un acuerdo en impuestos mínimos para empresas y derechos tributarios internacionales”, recalcó en conferencia de prensa.
El paquete de estímulos fiscales y monetarios por 16 billones de dólares que se lanzaron el año pasado evitó una caída tres veces más grande de la economía y que fácilmente hubiera resultado en otra Gran Depresión, recordó.
Sin embargo, ahora apremian otras necesidades: financiar el mecanismo Covax para acelerar un acceso general a las vacunas, mantener condiciones financieras accesibles para países de ingreso medio y bajo e incrementar la inversión en salud, educación e infraestructura verde y digital, explicó la presidenta del FMI.
Antes las necesidades de gasto en muchos países, celebró que el G20 resolviera extender a mitad de 2021 la Iniciativa de Suspensión del Servicio de Deuda; pero reconoció que se necesita dar más liquidez a las economías tanto de ingreso bajo como medio.
En ese sentido, hay respaldo a la propuesta de ampliar a 650 mil millones de dólares la designación de Derechos Especiales de Giro (DEG) —el activo de reserva del FMI— y que los países más ricos puedan dar soporte a otras economías, dijo Georgieva.
De acuerdo con la funcionaria se analizarán algunas ideas, como la de México y Argentina, que durante la jornada propusieron que se abran mecanismos para el alivio del endeudamiento en países de renta media, dado que sus economías tienen más dificultades para acceder a DEG. El objetivo es evitar una crisis de deuda.
El mecanismo bajo el que funcionan los DEG se basa en la cuota que los países envían al FMI, así que en su distribución pondera a las economías más ricas, como Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido.
Algo similar a lo propuesto por México y Argentina se experimentó el año pasado al inicio de la emergencia, cuando se traspasaron DEG de los países ricos a los de ingreso bajo. Sin embargo, la propuesta tendrá que ser revisada y sometida a la votación de los miembros del FMI, destacó Georgieva.
“Estamos preocupados de que los países de ingresos que entraron a la crisis con fundamentales más débiles, algunos con niveles de deuda altos, y se encuentran a ellos en la posición más difícil”; tanto por el espacio fiscal, el endeudamiento e incluso por la estructura de la economía por la dependencia al turismo están en una situación muy difícil, explicó.
David Malpass, presidente del Banco Mundial, dijo que se está dando financiamiento a 50 países para que tengan acceso a vacunas y celebró que se haya extendido la suspensión de deuda para países más pobres. Sin embargo, consideró que se puede hacer más, sobre todo desde el lado de prestamistas privados.
Sobre América Latina, dijo que si bien habrá un arrastre positivo por la recuperación en Estados Unidos, este año la economía no regresará a niveles previos a la pandemia y se necesita impulsar la adquisición de vacunas en la región.