México será uno de los “grandes beneficiados” del paquete de estímulo por 1.9 billones de dólares que impulsa el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, consideró este martes el Fondo Monetario Internacional (FMI); bajo ese supuesto, incrementó a 5 por ciento la previsión de crecimiento de la economía mexicana este año, por arriba del 4.3 considerado tres meses atrás.
La semana pasada la Secretaría de Hacienda elevó de 4.6 a 5.3 por ciento su previsión de crecimiento en 2021.
En las Perspectivas de la economía mundial, publicadas ayer en el marco de su reunión semestral, el FMI hizo un alza generalizada de sus pronósticos; gran parte lo atribuye al arrastre que tendría la economía estadunidense, para la que se espera una recuperación de 6.4 por ciento este año. En China, la segunda mayor economía del mundo, se proyecta un crecimiento de 8.4 por ciento.
Al presentar el informe, Gita Gopinath, directora del departamento de estudios del FMI, dijo que en México desde hace tiempo se observa “una recuperación en dos velocidades”. Mientras crece el sector exportador debido a la demanda externa, el mercado interno sigue atado.
Si bien el programa de vacunación contra el Covid-19 ha sido lento en el país, se espera que entre abril y junio acelere ante un mayor suministro de los biológicos, agregó. No obstante, la pandemia no termina y el país debe proveer soporte adecuado para su gente y empresas “y eso se requiere aun ahora”, recalcó. Para 2022, el FMI anticipa un crecimiento de 3 por ciento en México, 0.5 por ciento respecto al pronóstico previo.
La revisión hecha a la economía mexicana para 2020 se cuenta entre las más elevadas, por arriba de la media de América Latina –para la que el FMI prevé crecimiento de 4.6 por ciento en 2021 y 3.1 al siguiente año–, pero también (respecto de los estimados que se hicieron seis meses atrás) es la tercera más alta sólo detrás de India y Estados Unidos. Dicha proyección se ubica por debajo del 5.3 por ciento que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público proyecta de alza en el PIB para este año.
En general, tras una “contracción histórica” de la economía mundial, estimada en 3.3 por ciento durante el año pasado, se espera que el rebote en 2021 sea de 6 por ciento –0.5 puntos porcentuales por arriba de lo estimado en enero– y de 4.4 por ciento durante el próximo año, 0.2 puntos porcentuales más frente a la revisión previa.
El organismo expuso que hay divergencias en la recuperación entre países y dentro de ellos. Algunas economías llegarán a la vacunación generalizada de su población durante este verano; sin embargo, la mayoría, especialmente las de bajos ingresos, probablemente tendrán que esperar hasta finales de 2022. Esto abultará las brechas en los niveles de vida, consideró.
Pese a un estímulo fiscal de 13 billones de dólares, sin el cual la recesión hubiera sido tres veces más profunda, se proyecta que la pérdida anual promedio en el PIB per cápita durante 2020-24 será de 5.7 por ciento en los países de bajos ingresos, de 4.7 por ciento en los mercados emergentes y de 2.3 por ciento en las economías avanzadas. Todos en relación con los pronósticos anteriores a la pandemia.
“Estas pérdidas están revirtiendo los avances en la reducción de la pobreza, y se espera que 95 millones de personas más hayan entrado en las filas de los pobres extremos en 2020”, cálculo el organismo.
También la víspera, el FMI lanzó su informe de Estabilidad financiera global en el que advirtió que si bien las medidas fiscales que se pusieron en práctica para contener la crisis han aliviado las condiciones financieras y ayudado a la economía, no ceden los riesgos de que las vulnerabilidades financieras expuestas por la pandemia pueden convertirse en nuevos problemas estructurales heredados y que la recuperación económica sea asincrónica y divergente.
“Especialmente si va acompañada de un movimiento hacia la normalización de las políticas en las economías avanzadas y las tasas de interés en rápido aumento, pueda generar condiciones financieras más estrictas y grandes salidas de cartera en las economías de mercados emergentes”, agregó.
En el documento se recalca que en muchos países el sector empresarial está saliendo de la pandemia sobreendeudado, aunque con diferencias notables entre los tamaños de empresas y sectores, y dependerá de la capacidad y voluntad de los bancos para otorgar préstamos a estas unidades económicas una vez que se retire el apoyo del gobierno.
También advirtió que “la reconstrucción de los colchones financieros en los mercados emergentes debería ser una prioridad política clave para prepararse para una posible revisión de los precios del riesgo y una salida de los flujos de capital”.