México está entre los 10 países que más bosques primarios perdieron entre 2019 y 2020, con casi 60 mil hectáreas, aunque en este periodo pasó del lugar nueve al 10, es decir, redujo el ritmo de pérdida, indica un informe de la Universidad de Maryland. Brasil es la nación que reporta la mayor desaparición de esa vegetación, cerca de 1.7 millones de hectáreas.
A escala global, la destrucción de bosques primarios creció 12 por ciento en ese periodo, de acuerdo con datos publicados en la plataforma de Global Forest Watch en 2020. Los trópicos perdieron 12.2 millones de hectáreas de cobertura arbórea, de ellas 4.2 millones, una superficie del tamaño de los Países Bajos, pertenecían a bosques primarios tropicales húmedos, los cuales son especialmente importantes para el almacenamiento de carbono y la biodiversidad, indica.
Las emisiones de carbono que se generaron en la pérdida de bosque primario equivalen a las emisiones anuales de 570 millones de autos, más del doble del número de autos que circulan por las carreteras de Estados Unidos, refiere el análisis.
El año pasado, agrega, la pérdida de bosque primario fue 12 por ciento mayor que en 2019 y fue el segundo año consecutivo en que esto empeoró en las zonas tropicales. Apunta que 2020 “debió ser un hito en la lucha contra la deforestación, pues fue un año en el que muchas empresas, países y organizaciones internacionales se habían comprometido a reducir a la mitad o detener por completo la pérdida de bosques, “las continuas pérdidas de bosques tropicales primarios dejan claro que la humanidad se ha quedado corta en el cumplimiento de estos objetivos”.
Explica que al igual que en años anteriores, la deforestación impulsada por los productos de consumo básico fue la principal causa de la pérdida de cobertura arbórea de bosques primarios y de secundarios en América Latina y el sudeste asiático, mientras la agricultura migratoria fue la causa dominante en África tropical.
Menciona que también los incendios y otros impactos relativos al clima tuvieron un papel importante en este problema. “Los nuevos datos dejan claro que seguimos perdiendo bosques a un ritmo asombroso y que se incumplieron muchos objetivos relacionados con los bosques en el plazo de 2020. La situación es cada vez más urgente: los efectos del cambio climático ya se están sintiendo, se están perdiendo innumerables especies a causa de la crisis de extinción, y la tala de bosques vinculada al acaparamiento de tierras impacta de manera irreversible en los derechos, las fuentes de sustento y el patrimonio cultural de numerosos pueblos forestales”.