Moscú. Ante la parálisis del proceso negociador de un arreglo político del conflicto de Ucrania, el presidente del vecino país eslavo, Volodymyr Zelensky, afirmó este martes que habrá guerra en la región oriental que no se supedita a Kiev y que es respaldada por Rusia, conocida como Donbas, hasta que Ucrania ingrese como miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
“Tratamos de reformar nuestro ejército y todo el sector de seguridad, pero con sólo reformas es imposible detener a Rusia. (La adhesión de Ucrania a) La OTAN es el único camino para poner fin a la guerra en el Donbas”, dijo Zelensky en una conversación telefónica con el secretario general de la alianza noratlántica, Jens Stoltenberg.
Poco tardó el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, en poner en duda que la incorporación de Ucrania a la OTAN pueda ayudar a Zelensky a resolver sus problemas internos y advirtió que, por el contrario, ello podría complicar aún más la situación.
“Y si usted quiere saber la opinión de varios millones de personas en las repúblicas autoproclamadas (parte de las regiones de Donietsk y Lugansk), comprenderá que esa membresía en la OTAN para esas personas es una perspectiva para nada aceptable”, enfatizó Peskov.
Desde 2019, cuando se aprobó un procedimiento simplificado para ellos, cerca de 400 mil habitantes de la parte de Donietsk y Lugansk que no reconocen a Kiev, poco más del 10 por ciento de su población total, se han naturalizado como rusos y, en caso de una nueva guerra, Moscú declaró que no dudará en acudir en auxilio de sus ciudadanos.
Ucrania acusa a Rusia de preparar “una agresión a gran escala” para obligarla a hacer concesiones importantes y, por su parte, Moscú sostiene que el reciente despliegue de sus tropas y armamento en la frontera y en Crimea “sólo busca disuadir” a Kiev de emprender el intento de recuperar los territorios separatistas por la vía militar.
Entretanto, el proceso negociador de Minsk entró ya en un callejón sin salida y parece que no hay forma de solucionar la mayor controversia del segundo pacto firmado en 2015 en la capital de Bielorrusia entre Ucrania y las regiones separatistas, con la mediación de Rusia, Alemania, Francia y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
Rusia y las llamadas repúblicas de Donietsk y Lugansk no ceden en que la soberanía de Ucrania sobre los territorios insurrectos se podrá restablecer plenamente sólo después de que ahí se celebren elecciones y de que se incluya en la Constitución ucrania el estatus especial del Donbas, lo que equivaldría a crear una confederación de hecho.
Resurge la tensión en el este de Ucrania
— DW Español (@dw_espanol) April 6, 2021
Las tropas ucranianas y los separatistas apoyados por Rusia en la región oriental de Donbass se acusan mutuamente de sangrientos ataques.
Kiev denunció que Moscú ha desplazado a un gran número de tropas a la frontera ucraniana. /oh pic.twitter.com/T3EmvAWq1A
Ucrania, en cambio, insiste en que primero debe recuperar su soberanía en el Donbas, hay que desmilitarizar la zona y corresponde a Kiev retomar el control sobre la frontera ucrania-rusa, y sólo después convocar elecciones y fijar su estatus.
Además, Rusia se niega a ser considerada parte del conflicto e insiste en que Ucrania debe negociar únicamente con los separatistas, otra condición que no admite el gobierno ucranio.
Las posiciones, ya durante siete años, siguen intactas y todo indica que los acuerdos de Minsk difícilmente se podrán llevar a la práctica y si para algo ha servido el proceso negociador, auspiciado por Rusia, Alemania, Francia y la OSCE, es para establecer un frágil alto el fuego en la zona colindante entre Ucrania y el Donbas, que en las últimas semanas ambas partes enfrentadas no respetan cada vez con más frecuencia.
De acuerdo con el reporte más reciente de la misión de monitoreo de la OSCE, con fecha 3 de abril, el alto el fuego se violó 594 veces en los lindes de la región de Donietsk y 427 veces, de Lugansk.