Amán. El rey Abdalá II de Jordania tomó la iniciativa de intentar una mediación con el príncipe Hamza para solventar la fractura en el seno de la familia real, anunció ayer el Palacio.
“Su majestad Abdalá II decidió tratar la cuestión del príncipe Hamza en el marco de la familia hachemita y se lo encomendó a su tío, el príncipe Hasán, que se puso en contacto con el príncipe Hamza y éste dijo que se adhería al planteamiento de la familia...”, tuiteó el Palacio.
Luego de ser acusado el fin de semana de estar implicado en un complot “malicioso”, Hamza prometió permanecer “leal” a su medio hermano, el monarca.
“Seguiré leal a la herencia de mis ancestros, a su majestad (el rey Abdalá II), así como a su príncipe heredero, y me pondré a su disposición para ayudarlos y apoyarlos”, escribió el príncipe, según una misiva publicada anoche por el Palacio Real.
Por lo pronto, la monarquía jordana arrestó a más de 20 funcionarios y mantuvo a Hamza, hijo mayor del rey Hussein I y su cuarta y última esposa, la reina Noor (estadunidense), bajo arresto domiciliario.
La crisis estalló el sábado con la acusación contra Hamza de “actividades” contra el reino, tras acusarlo de una conspiración “maliciosa” para desestabilizar al país y la detención de varios funcionarios .
Ese mismo día, Hamza anunció que estaba bajo “arresto domiciliario” en su palacio de Amán, negó haber participado en un complot y acusó a las autoridades de “corrupción” e “incompetencia” al denunciar una situación “inaceptable”.
En una conversación telefónica difundida la noche del domingo en Twitter, Hamza afirmó a un interlocutor no identificado: “Por supuesto que no acataré (las órdenes del jefe de Estado mayor) cuando me dice que no estoy autorizado a salir, tuitear, comunicarme con la gente y que sólo se me permite ver a mi familia”.
Hay 20 detenidos
Durante una conferencia de prensa realizada el domingo, el viceprimer ministro, Ayman Safadi, afirmó que se frustró la “sedición”, acusó a Hamza de colaborar con una “potencia extranjera”, sin identificar, y anunció la detención de 20 personas, incluyendo a Basem Awadalá (antiguo asesor del rey) y un miembro de la familia real, Sharif Hassan Bin Zaid.
Según Safadi, las investigaciones revelaron “vínculos entre Basem Awadalá y actores extranjeros (...) para poner en práctica planes maléficos destinados a socavar la estabilidad de Jordania”.
Después de esas denuncias, el israelí Roy Shaposhnik, residente en Europa, afirmó en un comunicado que “no era ni había sido nunca un agente de inteligencia israelí ni de ningún otro país”, sino sólo “un amigo” del príncipe Hamza, pues funcionarios de inteligencia jordanos lo señalaron como miembro del Mossad israelí.
Según residentes, Internet está cortado desde hace dos días en el exclusivo barrio del oeste de Amán, donde viven Hamza y otros príncipes y princesas.
De acuerdo con los deseos de su padre, fallecido en 1999, Hamza fue nombrado príncipe heredero cuando Abdalá II se convirtió en rey. Pero en 2004, el soberano le retiró el título para dárselo a su hijo mayor Huséin.
Pocas personas en Jordania creen que Hamza esté relacionado con Basem Awadalá y Sharif Hassan Bin Zaid, ambos implicados en el complot para desestabilizar el reino.
Según analistas, Hamza se ha vuelto un personaje incómodo por sus constantes críticas al gobierno y al rey y atarlo a este complot es un intento por desacreditarlo para debilitar su papel.
Abdalá II continuó recibiendo mensajes de apoyo desde el extranjero. Los últimos, de Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Rusia y España.