Ciudad de México. Con las campañas ya en marcha, este mes se inicia la fase más intensiva de las denominadas elecciones “más grandes de la historia” porque de ellas emanará un nuevo mapa político en el país, pues por primera vez habrá 15 gubernaturas en juego y la casi totalidad de las presidencias municipales, amén de la renovación de la Cámara Baja del Legislativo federal y de la gran mayoría de los congresos locales.
En este escenario, con una consistente caída en sus preferencias electorales en los años recientes, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) es, sin duda, el que pondrá en juego gran parte de sus posiciones políticas actuales y los gobiernos que aún conserva, pues ocho de las gubernaturas en disputa pertenecen todavía al tricolor.
En las siete gubernaturas restantes, Acción Nacional (PAN) buscará retener las cuatro entidades que actualmente gobierna, mientras el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que ha resentido un desplome electoral sistemático desde el surgimiento de Morena –a partir de importantes dimisiones en sus filas–, se juega prácticamente lo único que le queda: Michoacán.
Por lo que hace a Morena, por primera vez someterá al juicio de las urnas la gubernatura que tiene en Baja California, que le arrancó al PAN tras décadas de gobierno blanquiazul, convirtiendo la entidad en una de las de más fuerte arraigo morenista, pues tiene el control del Congreso y los cinco municipios. En tanto que en Nuevo León llegará a su fin la experiencia de tener gobernador sin filiación partidista. Hoy, sin un candidato independiente, la disputa en esa entidad norteña retornará ineludiblemente a los partidos.
Retroceso priísta
Las entidades que actualmente gobierna el PRI (Campeche, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas) suman en conjunto una población total de 17 millones 159 mil personas, según el reciente censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
A diferencia de los comicios en los que conquistó esas ocho gubernaturas, importantes presidencias municipales y el control de la mayor parte de esos congresos estatales, las elecciones intermedias a nivel estatal reflejaron la acelerada caída del priísmo, lo que justifica su búsqueda por entablar alianzas con otros partidos para buscar retenerlas. Además, hoy sólo tiene una escasa mayoría en Zacatecas y controla el Poder Legislativo en Yucatán.
En esas ocho entidades, sólo pudo retener la capital de Tlaxcala en 2016, mientras el resto está ya bajo siglas de la oposición. De hecho, a nivel nacional, muy pocas de las grandes ciudades están gobernadas por priístas. Destacan así: Saltillo, Pachuca, Monterrey y Orizaba, entre las principales, reflejo de su escasa penetración reciente en zonas urbanas.
En los congresos locales, el retroceso tricolor se ha acentuado en las elecciones intermedias estatales: cuando conquistaron esas ocho gubernaturas, lograron en mayor o menor medida el control de todos esos congresos, algunos por una escasa mayoría. Pero en la actualidad, casi todos están en manos de la oposición. En especial, Morena y sus aliados tienen mayoría en Campeche, Colima, Sonora, Sinaloa y Guerrero, reflejo del viraje en las preferencias hacia determinada fuerza política rumbo a estas elecciones.
El escenario para Morena refleja un crecimiento electoral consistente que se advierte no sólo en tener mayoría en gran parte de los congresos, sino también en los gobiernos municipales de las grandes ciudades.
En la actualidad, Morena gobierna 12 capitales estatales Mexicali, Morelia, Culiacán, La Paz, Tuxtla Gutiérrez, Oaxaca, Puebla, Chetumal, Hermosillo, Villahermosa, Xalapa y Zacatecas. Además ciudades como Tijuana, Acapulco, Ciudad Juárez, Cancún, Coatzacoalcos, Tapachula y gran parte de los municipios conurbados mexiquenses. Esto refleja la fuerza electoral creciente que ha adquirido ese partido.
A nivel de Legislaturas locales, el avance de Morena también ha sido importante, pues a los ya mencionados también ha conseguido mayoría –con sus aliados– en Baja California, Baja California Sur, Chiapas, Durango, estado de México, Ciudad de México, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco y Veracruz.
Por lo que hace al PAN, cuatro gubernaturas bajo sus administraciones estarán en disputa: Baja California Sur, Chihuahua, Nayarit y Querétaro. Con excepción, de la primera, el blanquiazul ha retenido los congresos, en algunos casos de manera apretada. Sin embargo, acorde a su comportamiento histórico, mantiene una importante cantidad de gobiernos en grandes ciudades, incluidas 10 capitales estatales: Aguascalientes, Campeche, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Tepic, Querétaro, San Luis Potosí, Ciudad Victoria y Mérida.