Aunque el programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores ya es un derecho constitucional, todavía hay miles que no gozan de él al no concretarse su registro, a pesar de cumplir con los requisitos, además de que si son incorporados no les llega su tarjeta y tampoco los avisos para cobrar. También sucede que si pierden los plásticos no se les repone a la brevedad y sufren retrasos en los depósitos.
Este es uno de los principales programas del gobierno federal y la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró deficiencias en el control en la supervisión del pago de pensiones al hacer la revisión de cumplimiento 2019, por lo que pidió aclarar el destino de 992 millones de pesos, de los cuales 983 millones corresponden a entregas a 77 mil beneficiarios sin CURP.
Hasta diciembre la población atendida en todo el país era de 8 millones 264 mil personas, mientras el objetivo asciende a 8 millones 533 mil, por lo que 269 mil adultos mayores no han sido incorporados. Al final del año, el avance fue de 99.85 por ciento respecto a la meta programada, informó la Secretaría de Bienestar en el cuarto informe trimestral de 2020.
No hay respuesta de la dependencia
A partir de este año se entregan a cada adulto mayor 2 mil 700 pesos bimestrales, pero no a todos. A esta dependencia, encargada del programa, se pidió información sobre las quejas de los ancianos que no acceden a los recursos de la pensión, pero no hubo respuesta a la solicitud.
Enrique Valdez, quien tiene 69 años, fue trabajador de Ruta 100 y vive en la alcaldía Gustavo A. Madero, por su pensión del Issste percibe 3 mil 200 pesos cada mes, de la cual le descuentan mil 500 pesos de un préstamo. Lo poco que le queda se va en el pago de Internet para sus hijos y gastos diversos destinados a su casa, lo que es “insuficiente para solventar mis necesidades”.
El 5 de agosto de 2020 solicitó su incorporación al programa, le dijeron que llamara por teléfono y las respuestas que le dan son que no hay sistema o que aún no le corresponde el registro.
Olivia, de 87 años y residente de la misma alcaldía, recibió varios años la pensión del gobierno de la Ciudad de México. Al comenzar la actual administración federal y desaparecer ese programa, realizó los trámites para su incorporación a la pensión, pero hasta la fecha no ha recibido la tarjeta.
Bertha perdió su tarjeta de bienestar en una tienda de autoservicio. Desde hace año y medio pidió la reposición, pero no se la han entregado. Le dijeron que en una sucursal de Banorte la obtendría y nada. Eva, de 70 años y residente de Iztapalapa, tramitó desde hace varios meses su afiliación y aún no ha sido incorporada.
A este diario adultos mayores o sus familiares envían cartas en las que exponen las dificultades que enfrentan para obtener la pensión. También por medio de redes sociales hay múltiples quejas dirigidas a la Secretaría de Bienestar. La usuaria @magalycorzam señaló que desde 2019 sus padres se inscribieron al padrón con la finalidad de recibir el apoyo para adultos mayores y aunque en octubre les entregaron la tarjeta, a la fecha no se les han hecho depósitos.
Los ancianos no encuentran adónde acudir para resolver estos problemas porque en la Ciudad de México están cerradas las oficinas de atención por la contingencia sanitaria, mientras en las líneas telefónicas no hay respuesta. Según la secretaría, para atender estas quejas en algunas entidades ya están abiertos los locales de las delegaciones de los programas integrales de desarrollo, coordinadas por Gabriel García Hernández.
La ASF señaló que 511 beneficiarios recibieron dos o más veces la pensión, que no hay documentos del concepto “pago de marcha” para 4 mil 948 personas y se erogaron 872 mil pesos en el pago de 234 pensiones cuyos beneficiarios fallecieron entre 1977 y 2018.
La Secretaría de Bienestar informó que en marzo se entregaron 5 mil 400 pesos a cada adulto, correspondientes a dos bimestres.