Para muchos de quienes lo han padecido, el Covid-19 no acaba al obtener por fin un resultado negativo en el examen de contagio. Las secuelas de la enfermedad pueden durar meses, e incluso más de un año, pero la falta de recursos económicos, de hábitos de cuidado e incluso de especialistas suficientes en el sistema público de salud puede dejar a muchos de los “recuperados” en condiciones más comprometidas de lo que imaginan.
Médicos especializados de diversas disciplinas han insistido: no realizar una adecuada rehabilitación en la etapa “postcontagio” puede convertir a numerosas personas en “incapaces respiratorias” lo que, de convertirse en un problema extendido, eventualmente dejaría una fuerza laboral mermada en el país, entre otras consecuencias.
Jennifer Escobar, especialista en cardioneumología del Instituto Nacional de Cardiología, expuso que los pacientes a quienes se considera formalmente “recuperados” –más de un millón 781 mil hasta el 2 de abril-- debe dárseles un acompañamiento clínico muy cercano, lo que no siempre ocurre.
“Mucha gente joven dice ‘me dio la enfermedad, pero no me siento mal’; sin embargo, lo resentirán tiempo después, cuando quieran hacer ejercicio o tener relaciones sexuales.
“Las secuelas son de una magnitud increíble. El más joven de mis pacientes tiene 23 años, pero lo trató un médico general de forma inadecuada. Hoy tiene un daño pulmonar de 90 por ciento. Por eso muchas personas jóvenes se quedarán con oxígeno medicinal” de forma permanente.
A lo anterior se suma que muchos especialistas que deberían realizar ese monitoreo siguen atendiendo casos activos de Covid, y por lo tanto la mayoría de los hospitales públicos no han podido regularizar su consulta externa. La única alternativa es acudir a expertos en el sector privado, que no todos los pacientes pueden pagar.
“No hay cultura de rehabilitación pulmonar y ello impacta en una población de jóvenes que quizá después sean ‘incapaces respiratorios’”, es decir, personas que requerirán de oxígeno de por vida.
Todos los pacientes post-Covid, dijo Escobar, necesitan tomar anticoagulantes y practicarse radiografías de tórax y pruebas de funcionamiento pulmonar como parte del proceso de recuperación que se lleva al menos un año, pero puede durar aún más.
La prontitud, clave en la recuperación
El doctor Arturo Montiel, quien se ha especializado en tratar pacientes Covid, enfatizó que la rehabilitación pulmonar es un proceso que debe iniciar incluso cuando el paciente aún tiene el virus activo, pero ya comenzó a superarlo.
“Muchos pacientes terminan el tratamiento pensando que ya la libraron y se quieren reintegrar inmediatamente a su trabajo. No es así. Incluso tienen que pedir licencias sin goce de sueldo, un mes posterior a la enfermedad, para hacer rehabilitación pulmonar con un régimen de ejercicios cada dos horas mientras están despiertos”, y así evitar el riesgo de secuelas.
La prontitud con que se atienda un paciente es clave en sus expectativas de recuperación. “El tiempo para rehabilitarse puede ser considerable en algunos casos, pero como mínimo requiere un mes. Entre más pronto se haga, los resultados serán mejores, porque a veces llegan pacientes que tuvieron Covid hace seis meses y ahí ya es muy difícil rehabilitarlos totalmente”.
Para Montiel, esta etapa de recuperación “no se está cubriendo como debería porque los sistemas de salud se han visto rebasados y a los pacientes se les da de alta precipitadamente para salvar la vida a otras personas. Apenas se está cubriendo un incendio y no se ha podido atender el otro”.
Un especialista en el tratamiento de Covid-19 que pidió anonimato consideró que las secuelas pueden ser graves por las comorbilidades previas, por la falta de personal y unidades médicas para cubrir su rehabilitación.