Morena y la oposición se descalificaron mutuamente durante la discusión para aprobar el registro de las candidaturas a diputados federales en la sesión que el Instituto Nacional Electoral (INE) realizó en los primeros minutos de este domingo, cuando ya comenzaban las campañas.
Morena acusó a su contraparte de presentar candidatos reciclados con la pretensión de regresar al pasado, mientras PAN, PRI y PRD centraron sus señalamientos en torno al presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien calificaron de intolerante a la crítica y que aplica una política de retroceso.
Las diferencias también abarcaron su postura ante el INE. Nos preocupan los ataques al árbitro electoral, expresó la oposición. En contraste, el representante de Morena, Sergio Gutiérrez Luna, aseveró que el INE no debe tomar los señalamientos de sus errores “como un ataque, ni son infalibles ni son intocables. Nadie lo es en un estado de derecho, máxime una autoridad que tiene ese rango de importancia: arbitrar una contienda electoral”.
Fue un largo debate, a pesar de que los tiempos para aprobar las candidaturas se venció a la medianoche del sábado. El consejero Ciro Murayama apeló a mantener la civilidad en las campañas: “En democracia no se puede pretender el triunfo a cualquier precio, los medios son tan importantes como los fines, de los actores políticos depende en primerísimo lugar la calidad del debate que tendremos en los próximos dos meses y la responsabilidad de recuperar a la política como un instrumento legítimo”.
Gutiérrez Luna arremetió contra la alianza opositora, un PRIAN que apela a “reciclar candidatos y cartuchos quemados”; los acusó de ser “una cofradía que saqueaba, robaba, mentía, tenía pederastas, que quieren regresar al poder.
“Y la perla es esa mancuerna del PRIAN que se ve ahora en el estado de Chihuahua, donde el ex gobernador (César) Duarte, priísta, le daba dinero a la ahora candidata a la gubernatura del PAN, Maru Campos; ella está vinculada a proceso penal por recibir dinero del gobernador priísta Duarte, hoy preso en Estados Unidos. Eso es el PRIAN”.
La oposición centró sus críticas en el Presidente y los servidores de la nación, estos últimos definidos como “la maquinaria electoral de Morena”.
Obdulio Ávila acusó a López Obrador de “generar una creciente convicción sobre la incapacidad de su gobierno. La importancia de la elección radica en el papel que debe jugar el Poder Legislativo frente a un Ejecutivo que, sin pudor, pretende restaurar una presidencia imperial”.-
El perredista Ángel Ávila sostuvo que la elección enfrenta tres grandes desafíos: efectuarse bajo la emergencia sanitaria, la amenaza provocada por la violencia del crimen organizado y “la intervención grosera del Presidente”, a quien responsabilizó de asumir una postura que sólo divide a la sociedad mexicana.
El priísta Rubén Moreira fue el único de la coalición opositora que no aludió a López Obrador y centró su intervención en dos preocupaciones. Los ataques que recibe el árbitro electoral y “la violencia que no permite hacer campaña a muchos candidatos, que asesina candidatos o provoca su deserción. Una de las más grandes amenazas para la democracia es el narcotráfico. No nos podemos voltear cuando vemos que mujeres y hombres son asesinados o tienen que desistir de su encomienda partidista”.