Tal vez por la carencia de políticos que ameritan ser llamados héroes, gladiadores del mundo de deportes suelen ocupar ese vacío en el ámbito público de Estados Unidos.
La decisión, la semana pasada, por las Grandes Ligas de Beisbol (MLB) de trasladar su Juego de las Estrellas anual fuera del estado de Georgia fue respuesta a la aprobación de una ley estatal para suprimir el voto, sobre todo el de las minorías, uno de unos 250 proyectos de ley e iniciativas estatales y locales alrededor del país para controlar las elecciones y protegerlas de la voluntad popular.
Que una asociación de los dueños millonarios de equipos de beisbol profesional se vio obligada a tomar esa decisión es algo sin precedente en décadas recientes. No cabe duda de que fue tomada, sobre todo, por intereses de negocio (vale señalar que empresas nacionales con sede en Atlanta, como Coca-Cola y Delta, finalmente también fueron obligados a denunciar la nueva ley). Pero ese cálculo de negocio es resultado de cambios impulsados por movimientos sociales que ahora, tal vez más que nunca, incluyen a cada vez mas gladiadores del mundo del deporte.
En las semanas antes de la elección nacional de noviembre de 2020, las jugadoras del equipo profesional de basquetbol femenil Atlanta Dream, enfurecidas por las declaraciones derechistas y racistas de la co-dueña del equipo, la senadora federal Kelly Loeffler, hicieron campaña y hasta se pusieron playeras a favor de su contrincante demócrata, el reverendo Raphael Warnock –líder afroestadunidense de derechos civiles– contribuyendo a su triunfo, lo que fue clave en trasladar el control del Senado a los demócratas.
Mas aún, Loeffler se rindió ante la pre-sión de las jugadoras y sus fans y vendió el equi-po a un grupo que incluye a su estrella y activis-ta social Renee Montgomery quien ahora es vi-cepresidenta del Dream. “Esa debería ser la nota mas grande del mundo del deporte”, afirmó Dave Zirin, el editor de deportes de The Nation.
Mucho de este cambio es reciente y mucho tiene todo que ver con Black Lives Matter, el movimiento de protesta más grande en la historia del país. De repente, el lema Black Lives Matter se ha vuelto etiqueta oficial en las arenas de basquetbol y futbol americano como en algunas canchas de futbol soccer gracias al liderazgo de la estrella Megan Rapinoe de la selección nacional estadunidense, entre otras.
La participación y expresión de atletas profesionales en el ámbito político llegó a tal nivel que la revista premier del mundo de los deportes, Sports Illustrated, otorgo su premio como figura deportiva de 2020 no a un superestrella, sino a “el atleta activista”.
Hubo acciones novedosas, incluyendo huelgas por algunos atletas y hasta equipos enteros de basquetbol como parte de la expresión de Black Lives Matter, como iniciativas de alto perfil para promover el voto encabezados por estrellas del NBA como Lebron James, y por otro lado nuevas alianzas encabezadas por agrupaciones indígenas para cambiar nombres considerados racistas de algunos equipos, por ejemplo los Pieles Rojas de Wa-shington que ahora sólo se llama el Washington Football Team mientras busca nuevo nombre.
El fenómeno de atletas como héroes en la política tiene una larga historia, desde figuras legendarias como Jesse Owen, Jackie Robinson y Hank Aaron, a Muhammad Ali, a John Carlos y Tommie Smith levantando sus puños en las Olimpiadas del 68 en México, a Colin Kaepernick quien inició la protesta de hincarse durante el himno nacional y fue exiliado de la NFL por su desafío.
Hoy día, eso del pan y el circo podría estar cambiando con movimientos por justicia económica y social, generando una creciente alianza entre gladiadores en las arenas y gladiadores en las luchas sociales.
el 4 de abril fue aniversario del asesinato de Martin Luther King, en 1968, durante su campaña de apoyo para la justicia económica de trabajadores sanitarios en Memphis: Ben Harper: Like a King/I’ll Rise https://www.youtube.com/watch?v=xFle2FNHASs