Luego de poco más de un año de que la pandemia de Covid-19 llegó a México, inversionistas extranjeros han vendido posiciones por 333 mil 687 millones de pesos en bonos gubernamentales mexicanos, revelan cifras oficiales, esto en un contexto en el que el país registró su mayor caída económica en 80 años.
Datos del Banco de México (BdeM) indican que al 27 de febrero de 2020 (cuando se registró el primer caso de coronavirus en el país), personas residentes en el extranjero tenían en sus manos 2 billones 166 mil millones de pesos en bonos del gobierno mexicano.
Para el pasado 22 de marzo, un año y un mes después, la cifra ha caído a un billón 833 mil millones de pesos, lo que significa que los inversionistas foráneos han sacado del país 15 por ciento del capital que tenían invertido en deuda nacional.
De acuerdo con analistas, lo anterior es consecuencia de que los inversionistas han optado por refugiarse en economías más avanzadas, aunado a que de manera local perciben incertidumbre por ciertas políticas impulsadas por el gobierno mexicano.
Los bonos nacionales son deuda emitida por el gobierno a una tasa fija mensual que puede ser adquirida tanto por inversionistas locales como internacionales. Dichos recursos son utilizados para financiar las necesidades del país, como por ejemplo programas sociales y proyectos de infraestructura.
Según datos del BdeM, el peor momento para los bonos gubernamentales en manos de extranjeros se vivió a mediados de noviembre de 2020, cuando se colocaron en un billón 739 mil millones de pesos, lo que implicó una caída de 428 mil millones respecto a la suma registrada previo al inicio de la pandemia.
En lo que va de este año la tenencia de valores nacionales propiedad de residentes de otro país se ha estabilizado, pues el primero de enero sumaban un billón 891 mil millones de pesos, lo que significa que respecto a la cifra del pasado 22 de marzo, la disminución es de 57 mil millones de pesos, equivalente a 3 por ciento.
Janneth Quiroz, subdirectora de análisis de Monex, destacó que en los primeros meses de 2021 los inversionistas se han enfocado en los mercados de economías avanzadas, cuyos rendimientos de bonos a largo plazo han alcanzado los niveles más altos en más de un año.
Desde su perspectiva, en el corto plazo, el panorama de apetito por instrumentos de economías emergentes, como la mexicana, no es muy optimista debido a preocupaciones por la evolución de la pandemia en economías desarrolladas y los movimientos de mercados internacionales de renta fija.
