Sevilla. Un partido esperado y simbólico no pudo tener afición; ni esperar a que las condiciones de la pandemia permitieran abrir las puertas a los seguidores fue posible. En este escenario, la Real Sociedad se proclamó campeón de la Copa del Rey 2020 al vencer 1-0 al Athletic de Bilbao, 34 años después de alzar su hasta ahora único trofeo cope-ro (1987), en la primera final vas-ca de la historia y la primera que se disputó sin público.

Un gol de penal de Mikel Oyarzabal al minuto 63 dio a la Real Sociedad un título que corresponde a la temporada pasada (2020), que se aplazó por la pandemia del Covid.

El encuentro había sido pospuesto con la esperanza de se pudiera jugar con público, aunque finalmente tuvo que llevarse a cabo en un estadio de La Cartuja en Sevilla, en el que sólo estuvieron un puñado de invitados oficiales.

Las restricciones por la pandemia también impidieron que las aficiones de ambos equipos pudieran viajar a Sevilla, por lo que un grupo de hinchas se reunieron en San Sebastián y Bilbao.

Los seguidores del Athletic tendrán que esperar hasta el 17 de abril para tener una nueva oportunidad de festejar un triunfo, cuando su equipo dispute la final correspondiente a la actual temporada contra el Barcelona.

Los Leones tratarán entonces de alzarse con su título 25 de Copa de la Rey, que no ganan desde 1984.

El Athletic, ganador de la Supercopa de España en enero pasado, saltó ayer al campo dispuesto a presionar al rival.

En la primera parte, la Real Sociedad apenas inquietó la portería defendida por Unai Simón, mientras el Athletic, más vertical, a punto estuvo de sorprender a Álex Remiro, que despejó a córner un duro disparo de Íñigo Martínez (32).

Fue la única ocasión clara de una primera parte muy táctica, en la que los dos equipos estaban más pendientes de no cometer errores que de buscar con claridad la portería contraria.

De regreso del descanso, el partido mantuvo el mismo dibujo hasta que Íñigo Martínez derribó a Portu en el área, en una acción de penal.

Sancionado con una roja directa, el árbitro rectificó tras la revisión del VAR y sólo sancionó con tarjeta amarilla, lo que permitió que el Athletic siguiera con 11 jugadores.

El capitán de la Real Sociedad, Mikel Oyarzabal, cobró la pena máxima para poner el 1-0 en el marcador. El tanto animó al conjunto donostiarra, mientras para el Athletic fue un duro golpe, al que Marcelino García Toral trató de responder moviendo el banquillo.

Los donostiarras tuvieron bien controlados a los hombres fuertes del equipo rival para desactivar el juego del Athletic y acabar llevándose el partido y el trofeo.

La policía de Bilbao cargó contra varios centenares de aficionados del Athletic Club que se encontraban concentrados en la calle Licenciado Poza de la capital vizcaína en las horas previas a la final. No se ha producido ningún detenido, según informó el departamento de Seguridad del gobierno vasco y sólo se reporta una joven lesionada por el impacto de una botella, por lo que fue hospitalizada.