El Covid-19 modificó la forma de conmemorar la Semana Santa.En diversas parroquias visitadas ayer por La Jornada se observó que, en general, se respetaron las directrices emitidas por la Arquidiócesis Primada de México para el Viernes Santo, pues hubo aforo reducido (de 30 por ciento) en interiores y se realizaron celebraciones en los atrios y patios. Asimismo, las ceremonias litúrgicas se transmitieron vía Facebook y las páginas oficiales de los templos.
La parroquia Santa Cruz de Jerusalén, en el sur de la Ciudad de México, instaló sillas en su patio, donde realizó el viacrucis en la mañana y por la tarde la Adoración a la Cruz. El párroco, Alejandro Quezada, en un comunicado a sus fieles invitó a seguir los oficios en línea, y quienes asistieran debían llegar con anticipación y cumplir protocolos. Llamó a tener presentes a los que “están sufriendo los estragos de la pandemia”.
En el templo Nuestra Señora de la Esperanza, en carteles se daban detalles de las conmemoraciones y el código QR para entrar a su página de Facebook y ver en línea las ceremonias.
La iglesia de San Juan Bautista, en Coyoacán, permaneció abierta y su personal tomaba la temperatura a los fieles que ingresaban. El aforo era reducido, pero el flujo de visitantes era constante. Algunos creyentes que paseaban por la zona consideraron que, con las medidas preventivas, “no hay problema con venir” al templo. Los restaurantes de la zona estaban llenos de comensales.
Por la mañana, en la Catedral Metropolitana se realizó el viacrucis, donde la mención del Covid-19 y las afectaciones que ha provocado estuvieron presentes en las 14 estaciones de la Pasión de Cristo.
“La pandemia nos está obligando a cargar con la cruz del aislamiento y del temor”, se mencionó en una de las estaciones del recorrido de Jesús, desde su captura por soldados romanos, a la crucifixión y su traslado al sepulcro.
En la ceremonia se destacó que, aun con las vacunas, “en estas semanas corremos el riesgo de que la pandemia nos quite la esperanza”, en relación con la posibilidad de una tercera ola de infecciones por los días de asueto, pues muchos hicieron caso omiso a los llamados a quedarse en casa durante Semana Santa.
Se hizo hincapié en el consuelo por las miles de muertes en el país y la esperanza de que quienes perdieron la batalla en contra del nuevo coronavirus están en un mejor lugar, libre de enfermedad y sufrimiento.
Se pidió porque se supere el dolor de no haber estado presentes en los últimos momentos de seres queridos. “Acoge a los muertos y hazle entender a sus familiares que la muerte no tiene la última palabra”. Se pidió por aquellos a quienes el Covid-19 ha “arrebatado” a familiares y por los “pequeños empresarios, que ven cómo se derrumba su negocio”.