Guiadas por la “falsa idea” de que el gobierno de Joe Biden les permitirá la entrada a Estados Unidos tras el inicio de la regularización de algunos solicitantes de refugio, muchas familias originarias de Centroamérica están llegando en un número cada vez mayor a la frontera norte de México, lo cual ha saturado los albergues civiles de ayuda a personas en situación de movilidad, señalaron organizaciones civiles.
Alberto Xicoténcatl, director de la Casa del Migrante de Saltillo, indicó que en las semanas recientes ha aumentado el número de personas –sobre todo centroamericanos– que transitan por la zona en busca de llegar a la línea fronteriza, lo cual ha hecho que se eleve también el número de secuestros y otros abusos graves en su contra.
La gran cantidad de migrantes, afirmó, ha hecho que el albergue a su cargo se encuentre “saturado” y restrinja a sólo tres días y dos noches la estancia de los usuarios, a menos que estén enfermos o hayan sido víctimas de algún delito. Aun así, al lugar llegan hasta 120 personas al día, y entre 40 y 50 más se quedan fuera.
El activista explicó que las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud, además de Médicos Sin Fronteras, han visitado el albergue de manera constante para hacer observaciones y recomendarles la aplicación de métodos preventivos para evitar contagios por Covid-19.
En ese marco, lamentó que “ha habido una mala interpretación de las políticas de Biden y la gente piensa que la frontera está abierta. Tienen la falsa idea de que pueden entrar a Estados Unidos si lo piden, que el ingreso va a ser fácil, y vienen familias enteras”, lo cual ha sido aprovechado por los grupos de traficantes de personas.
Xicoténcatl destacó que el inicio de la regularización de los solicitantes de refugio que se encontraban en el programa Quédate en México ha beneficiado a poco más de 5 mil personas, pero la cifra total es de cerca de 70 mil, por lo que la situación en la frontera norte no es menos difícil de lo que ha sido en los meses anteriores.
Mientras tanto, el Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos del Sureste Mexicano alertó en un comunicado que el despliegue de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional en la frontera sur de México ha propiciado diversos abusos contra migrantes, como privación de la libertad en condiciones de hacinamiento.
Por lo anterior, denunciaron que los operativos no son “rescates humanitarios”, como los llama el INM, sino una serie de detenciones donde se violan los derechos humanos de las personas en contexto de movilidad.