Una nutrida asistencia de personas adultas ansiosas rebasa la mitad de la explanada de la antigua estación de Buenavista. Son jóvenes quienes controlan a la multitud: ellas aconsejan al gentío apuntar su dirección electrónica y dos números de teléfono, mientras los muchachos mantienen el orden dirigiendo sonrisas y saludos. La serpenteante fila poco a poco avanza hacia el interior de la Biblioteca Vasconcelos. Con el número de folio en mano, los y las que serán atendidas entran en orden; unas chavas con chaleco y fraterna amabilidad indican a los adultos mayores sentarse respetando el orden en que llegan. ¿Qué hacer mientras? Los gestos son diversos, pero en ninguno hay alegría. Todos están atentos y uno a uno los mandan a una mesa para apuntar sus datos para la segunda dosis de la vacuna AstraZeneca “Pasen a la zona de vacunación, formados como van”. Lo único que se escucha es el siseo de la multitud cuando sentados esperan el piquete. Enfermeras y enfermeros preparan la dosis mientras con voz clara recitan las precauciones a tomar en caso de reacciones “dolor de cabeza, cuerpo cansado, malestar, si en 72 horas no pasan las molestias se debe a ir con el médico”. La mayoría de las personas no muestran dolor al recibir la aguja de la jeringa con la tan ansiada dosis. Después, formaditos van a la zona de observación, donde en voz de chavas escuchan nuevas indicaciones, al terminar esta serie de consejos, un joven toma el micrófono y recita algunos versos de diferentes poetas, mientras otras jovencitas reparten ejemplares de libros “cortesía de la biblioteca”. Es en ese momento cuando algunos de los presentes, sonríen por primera vez y se dan cuenta dónde están: un recinto imponente e inician el recorrido del inmueble cuando se les avisa que es todo, ya se pueden retirar. Pronto repetirán el numerito, pero ya con sonrisas desde el principio. ¿Cuántos choperos habría formados?
Sólo por hoy, el Tianguis descansa
Este día seguirán las actividades de vacunación en la Biblioteca Vasconcelos, actividad por la cual el Tianguis del Chopo no tendrá presencia en la calle de Aldama, arteria que sirve de estacionamiento para quienes acuden a la campaña de vacunación. Casualmente, hace un año, el 4 de abril,por primera vez en su historia el tianguis no se instaló. Era el inicio de esta dura situación. Ahora, a petición de las autoridades, El Chopo no venderá sus productos rocanroleros a los visitantes que cada año llegan de vacaciones a la Ciudad de México. Es decir, hoy era buena venta y los choperos la esperaban con gusto, pero les llegó un oficio que en su parte medular se lee “… con el propósito de poder brindar las mejores condiciones de vialidad y acceso de los adultos mayores de nuestra demarcación hemos determinado que no se podrá instalar comercio en la vía pública… agradeciendo de antemano la disposición y compromiso social que el Tianguis Cultural del Chopo ha tenido para con los habitantes de su entorno y de la alcaldía”.