El pasado 30 de marzo, el Tribunal Superior Federal de Alemania (TSFA) confirmó una sentencia que obliga a la empresa armamentista Heckler & Koch a pagar una multa de más de 3 millones de euros por exportar de forma “ilegal” más de 4 mil 200 rifles de asalto a México, algunos de los cuales circularon en Guerrero y fueron utilizados en el ataque de 2014 contra los normalistas de Ayotzinapa.
Así lo indicó el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, el cual señaló que a pesar de la importancia del fallo y los indicios de “posibles actos de corrupción por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)” para importar dichas armas, en México no hay ninguna investigación.
La organización civil compartió un escrito de la Coordinación Alemana por los Derechos Humanos en México –Cadhm, red integrada por diversos colectivos de ese país europeo–, en el cual se indica que el TSFA ratificó la sentencia que ya se le había notificado a Heckler & Koch, la cual “tiene un potencial explosivo para toda la industria armamentística alemana”.
De acuerdo con solicitudes de información, de 2006 a 2009, la Sedena adquirió un total de 10 mil 80 fusiles de la marca HK4, de los cuales Guerrero recibió en ese mismo periodo un total de mil 928 piezas. Fue una de esas armas la que se accionó para disparar la noche del 26 de septiembre de 2014 en contra del normalista de Ayotzinapa Aldo Gutiérrez Solano, quien hoy se encuentra en estado vegetativo.
Durante el juicio en Alemania se reveló un testimonio anónimo según el cual el entonces titular de la Dirección de Comercialización de Armas y Municiones de la Sedena, Humberto Alfonso Guillermo Aguilar, habría sido sobornado para dejar que se “colocaran” diversas armas largas y cortas en Chihuahua, Jalisco, Guerrero y Chiapas.
Jürgen Gässlin, portavoz de la organización Grito a la Acción, Detengan las Armas, consideró que con este fallo se pone fin al sistema de exportación de armas que había regido a la industria alemana hasta ahora, en el cual “se falseaban” las llamadas declaraciones de usuario final para vender estos artefactos sin considerar el posible mal uso que se les diera en el país de destino.
De acuerdo con un reporte de la televisora alemana Deutsche Welle, los directivos de la empresa de armamento “daban dinero a los generales (de la Sedena) para que miraran a otro lado” y permitieran la exportación de los fusiles.