La exposición Zapata después de Zapata, montada en el Palacio de Bellas Artes, “fue el último blockbus-ter o gran éxito de taquilla que se dio en nuestro país antes de que la pandemia nos alcanzara y que los museos tuvieran que cerrar”, recuerda el curador Luis Adrián Vargas.
Un lienzo con el líder revolucionario desnudo, portando zapatos de tacón y sombrero rosa en sugerente postura sobre un caballo blanco generó una fuerte controversia tras la apertura en noviembre de 2019. Uno de los nietos del Caudillo del Sur y algunos grupos campesinos exigieron quitar la obra de Fabián Cháirez, otros hicieron un llamado por la libertad de expresión y unos más apoyaron la manifestación por los derechos LGBT.
“Lo que mostró es la relevancia que tiene el arte para la reflexión del México contemporáneo, pensar nuestras violencias, como la de género, o los crímenes de odio cuando se trata de homofobia o transfobia, uno de los roles que deben tener los museos”, declara en entrevista con motivo de la publicación del libro Zapata después de Zapata, editado por el Fondo de Cultura Económica, en colaboración con el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) y la Funda-ción Jenkins.
“Lo más importante fue observar un asunto del mundo del arte que se volvió un punto de relevancia para la esfera pública, preguntas a quién pertenecen los héroes, por qué está mal para un sector de la sociedad representar a un personaje afeminado, qué es lo que denota en términos de homofobia interiorizada en una sociedad machista.”
Por otra parte, “un ángulo menos favorable es la manera en que el llamado Zapata gay vino a invisibilizar otras agendas que estaban muy presentes. Por eso el libro que ahora presentamos nos permite volver a algunos temas”, sobre la publicación con un bajo precio y un tiraje mayor al del catálogo, que permite alcanzar a mayores públicos.
“Veo la salida de esta publicación como una oportunidad para volvernos a asomar a este inmenso legado de imágenes zapatistas y de cómo él ha sido importante para diferentes causas sociales, políticas y comunitarias a más de 110 años de historia”, apunta.
“Emiliano Zapata es un héroe que siempre ha permanecido vivo. Los ideales zapatistas de justicia, de la defensa de la libertad, la autonomía, desde luego de la propiedad de la tierra para todos, siguen muy presentes, más que los de otros héroes.”
En la muestra, que cerró en febrero de 2020, recordaba el centenario de su asesinato en Chinameca, el 10 de abril de 1919. Se propuso en un recorrido por las representaciones visuales del personaje histórico, retomando obras de los siglos XX y XXI en México y Estados Unidos. Se reunieron entonces más de 140 piezas, entre pinturas, murales, fotografías, grabados, objetos personales, publicaciones e indumentaria.
Vargas Santiago considera que “el carisma de la imagen zapatista hace que sea más cercano a demandas contemporáneas, como feminismos o las que hablan de las diferencias sexuales y de identidad de género, aparejada con las libertades por las que peleaba en la Revolu-ción Mexicana”.
Además fue muy importante en el mundo chicano en Estados Unidos, muy relevante para los movimientos sociales, incluido el levantamiento en Chiapas del Ejército Zapatatista de Liberación Nacional (EZLN).
La gran transformación de su imagen, considera, no es la contemporánea, sino la que hizo Diego Rivera con rasgos más indígenas, un poco distinto de la imagen que el propio personaje promovía.
“Si pensamos en otros héroes, cuyas demandas están vigentes, entenderemos por qué el Che Guevara sigue siendo una figura importante o personajes como Martin Luther King, quien peleó contra la discriminación racial, aún es un personaje clave para nuestro presente.”
El libro, que se puede adquirir en el Palacio de Bellas Artes y librerías del FCE, es una obra autónoma a partir de algunos contenidos incluidos en la exposición, en un formato accesible y fácil de leer, con un costo de 234 pesos. No tiene la estructura de un catálogo que intente reproducir el orden y la lista de imágenes. “No significa sacrificar la calidad de las páginas, todo el libro está profusamente ilustrado, y en un formato tamaño carta”.
Gracias a textos de intelectuales, artistas e historiadores se conoce más sobre Emiliano Zapata, uno de los protagonistas más reconocidos de la Revolución Mexicana, y cómo evolucionó su representación en el arte. En la publicación se incluyen ensayos de Luis Vargas, Salvador Rueda Smithers, Anna Indych-López, Theresa Ávila, Nicolás Pradilla y Mariana Botey, además de dos apéndices, uno con una carta del subcomandante Marcos al general Zapata y otro con el análisis del lema Tierra y Libertad.
“Se ven muy lejos en el recuerdo esas salas abarrotadas de personas. El escándalo por la inclusión de la pintura de Fabián Cháirez tuvo un ángulo muy positivo, que es la cantidad de atracción que generó.”