Ciudad de México. Las acusaciones “de que estamos militarizando al país carecen de toda lógica y, en su mayoría, de la más elemental buena fe. No se ha ordenado a las fuerzas armadas que hagan la guerra a nadie. No se les ha pedido que vigilen u opriman a la sociedad, que violen las leyes, que coarten las libertades y mucho menos que se involucren en acciones represivas o violatorias de los derechos humanos”, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En su informe de los primeros 100 días del tercer año de gobierno ponderó la labor de soldados y marinos y les agradeció su “lealtad a las instituciones civiles”, sin la cual “no tendríamos los mismos resultados en seguridad, desarrollo y bienestar”.
En la lectura del texto –frente a su esposa, Beatriz Gutiérrez; la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y su gabinete legal– defendió la reforma a la industria eléctrica, como la vía para reparar el grave daño que causó la privatización al sector público y a la economía popular, y también destacó que el país ha firmado contratos necesarios para tener la vacuna anti-Covid “pronto, muy pronto para toda la población”.
En punto de las cinco de la tarde López Obrador y su esposa ingresaron al recinto que se conoce como la Capilla de la Emperatriz –donde la tradición rememora que Carlota, esposa de Maximiliano de Habsburgo, pasaba gran cantidad de su tiempo aliviando sus cuitas– para instalarse frente a los funcionarios del gobierno federal.
Con traje azul, el jefe del Ejecutivo se presentó ante la escolta de bandera para escuchar el toque de silencio en honor de las personas fallecidas a causa del Covid-19. En compañía de su pareja saludó la insignia, caminó a la capilla que resguarda el Fondo Histórico de Hacienda Antonio Ortiz Mena y, después de escuchar el Himno Nacional, inició la lectura, que duró 40 minutos, de su informe.
López Obrador manifestó ser consciente de que el desarrollo nacional depende de lograr aminorar la violencia. Así, dio cuenta de la reducción en los delitos de robo de combustibles (huachicol) 95 por ciento; homicidios, 1.6 por ciento; robo de vehículos, 40 por ciento, y secuestro, 38 por ciento.
“En suma, de 11 delitos considerados como de mayor impacto, sólo dos han presentado aumentos: el feminicidio, que creció 8.5 por ciento y que posiblemente antes no se clasificaba como ahora; y la extorsión, que aumentó 21 por ciento.”
Entonces remarcó el escenario de paz que –afirmó– ha discurrido sin violaciones a los derechos humanos, sin el involucramiento de las fuerzas federales en masacres, sin cometer tortura, sin perpetrar desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales y sin criminalizar a sectores enteros de la población.
Expresó su reconocimiento “sincero y fraterno” a las fuerzas armadas y nombró una larga lista de responsabilidades a cargo de los elementos castrenses no sólo al contener a la delincuencia organizada, sino como pilares de las obras más importantes para su gobierno. Por supuesto se refirió a la construcción del Tren Maya y del aeropuerto Felipe Ángeles, en Santa Lucía.
Al negar la militarización nacional reiteró que esta generosa participación contribuye, además, a dejar atrás “la distancia y hasta la desconfianza entre civiles y militares que se generó por las decisiones erróneas y perversas de los anteriores gobernantes”.
En la defensa de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, impugnada en el Poder Judicial, el Presidente ratificó el valor de Petróleos Mexicanos (Pemex) y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la afectación hecha a ambas en gobiernos anteriores cuando se abrió el mercado para beneficiar a particulares.
En el caso de CFE a la iniciativa privada se le benefició con subsidios, mientras las plantas de la comisión fueron completamente abandonadas.
Por eso se continuará fortaleciendo a la CFE, “empresa pública que no puede ser ninguneada como lo hicieron los gobiernos neoliberales, dándole trato de segunda, mientras se otorgaban privilegios a empresas extranjeras como Iberdrola”. Por eso se continuará con la revisión de contratos leoninos.
Para la industria petrolera reiteró que no se entregarán nuevas concesiones, pero se respetarán las otorgadas por la llamada reforma energética del sexenio anterior, a la vez que “se terminará de limpiar de corrupción a nuestra empresa petrolera.
“No permitiremos nunca más casos como los de Odebrecht o el de la compra a precios inflados de las plantas de fertilizantes, ni la entrega de moches o sobornos a funcionarios y legisladores”, advirtió.
En cuanto a la economía manifestó que “también vamos saliendo de la crisis y los sectores afectados por la pandemia van a florecer”. El pronóstico de crecimiento para este año “ha ido subiendo y ahora hasta los más precavidos aceptan que será de 5 por ciento”.
Del millón 117 mil 584 empleos formales perdidos, ya se recuperaron 538 mil 13; resaltó el valor de las remesas que en 2020 alcanzaron el nivel histórico de 40 mil 600 millones de dólares, y para el cierre del primer trimestre de 2021 aumentaron 13 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
“Poco a poco vamos construyendo una nueva normalidad.”
Reiteró que apenas se concluya con la vacunación a los adultos mayores se iniciará con los trabajadores del sector educativo para volver a las aulas, “de ser posible”, antes de concluir el ciclo escolar actual.
Aun con la pandemia y otras calamidades, señaló el Presidente, México se transforma y progresa con justicia y paz social, “y vamos en busca de esa maravillosa utopía, de ese fecundo y bello ideal de ser felices”.