Madrid. El aspirante de la formación Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) a presidir la Generalitat, Peré Aragonés, vio de nuevo frustrada la sesión de investidura en la que cosechó una sonora derrota parlamentaria y con la que además se abrió la posibilidad de elecciones anticipadas para julio próximo.
La fractura del independentismo y la postura del partido Junts per Cataluña (JxCat), liderados por el ex presidente Carles Puigdemont, desde Bélgica, impidieron la creación de un gobierno autonómico que atienda la pandemia y la crisis económica que vive la región.
Durante la votación que se realizó en el Parlamento regional, la investidura de Aragonés obtuvo 42 votos a favor,de ERC y Candidatura de Unitat Popular (CUP), 61 en contra, del Partido Socialista de Catalulña (PSC), Vox, En Comú Podemo, Ciudadanos y Partido Popular (PP), y las 32 abstenciones de JxCat.
Aragonés, como el representante del partido más votado en las elecciones catalanas de febrero pasado, se presentó a la sesión con el compromiso de formar un gobierno que fije como sus prioridades la declaración de independencia, la liberación o amnistía de los políticos encarcelados por su participación en el proceso de secesión unilateral de octu-bre del 2017 y el regreso de los dirigentes que se refugiaron en otros países para evadir a los tribunales españoles.
Sin embargo no hubo acuerdo. Y en principio no lo habrá a corto plazo, a pesar de que siguen las negociaciones abiertas entre los dos grandes partidos del separatismo, ERC y JxCat, una vez que el tercero en cuestión, la CUP, ya firmó el pacto con ERC.
Aragonés aseguró, luego de las votaciones, que “no he sabido ver ningún obstáculo que impida que hoy no puedan votar mi investidura como presidente de la Generalitat de Catalunya. Cada cual gestiona los tiempos de una negociación como considera legítimo”.
El 26 de mayo, fecha límite para un acuerdo
El límite de tiempo para cerrar un acuerdo y votar una investidura es el 26 de mayo, de lo contrario se convocará a nuevas elecciones para julio.
En el fondo de la falta de acuerdo está el control de los presupuestos públicos y de los fondos europeos, pero sobre todo el control político y económico de una institución emergente en Cataluña que denominaron el Consell per la República y que pretende construir una nueva república catalana al margen del Estado español. Esta figura se encuentra en el centro de la lucha de poder entre ERC y Puigdemont, quien permanece refugiado en Bélgica.