Brasilia. El presidente de Brasil, el neofascista Jair Bolsonaro, efectuó ayer una reforma ministerial, con el cambio de los titulares de seis carteras, incluyendo las de Relaciones Exteriores, Defensa y Justicia, anunció el Ministerio de Comunicaciones.
Los cambios se iniciaron por la mañana, con la renuncia del canciller Ernesto Araújo, bajo el fuego de críticas por el fracaso de la política de Brasil para contener la pandemia de coronavirus, y se ampliaron por la tarde con cambios imprevistos. Araújo era relevado por Carlos Alberto Franco França, un diplomático de carrera que hasta ayer trabajaba como asesor en la presidencia.
En el Ministerio de Defensa, en lugar de Fernando Azevedo Silva estará otro militar, el actual jefe de la Casa Civil –un equivalente a primer ministro–, Walter Souza Braga Netto.
El Ministerio de la Casa Civil, a su vez, estará ocupado por Luis Eduardo Ramos, un general del Ejército que hasta ahora era ministro de la Secretaría de Gobierno.
El Ministerio de la Secretaría de Gobierno pasará a manos de la diputada federal Flávia Arruda, tercera mujer en integrar el gabinete de 22 miembros.
También habrá cambios en el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública: el actual ministro, André Mendonça, dejará el cargo para liderar la Abogacía General de la Unión.
En su lugar, el ministro de Justicia será un comisario de la Policía Federal, Anderson Torres, que hasta ahora era secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal.
De entre todos los cambios, el más esperado era el del canciller Araújo, muy cuestionado en las últimas semanas por el aislamiento de Brasil en la escena internacional y las dificultades diplomáticas a la hora de adquirir vacunas contra el Covid-19.
Hace dos semanas hubo ya un cambio en el Ministerio de Salud, al frente del cual fue nombrado el cardiólogo Marcelo Queiroga, en lugar del general Eduardo Pazuello. Queiroga es el cuarto ministro de Salud desde el inicio de la pandemia.