Victoria Salazar había encontrado en Tulum la oportunidad de ofrecer una mejor vida a su familia.
En marzo de 2018 las autoridades migratorias mexicanas autorizaron en Chiapas su solicitud de refugio “por razones humanitarias”. Se trasladó a Tulum y se empleó de recamarista en hoteles.
Ganaba apenas lo necesario para sostener a sus dos hijas adolescentes y enviar otra parte a El Salvador, de donde salió años atrás para huir de la pobreza, la exclusión y la violencia.
Sin embargo, el sábado todo cambió. Policías de Quintana Roo la sometieron con exceso de la fuerza y le causaron la muerte.
Su madre, Rosibel Arriaza, quien ayer acudió al Ministerio de Relaciones Exteriores de su país a reconocer el cuerpo en fotografías, exigió justicia.
“Esto fue un abuso de autoridad. Que los cuatro policías mexicanos paguen. Sé que mi hija no volverá a la vida, pero (si hay castigo a los responsables) quedaré más satisfecha en lo moral y emocional. Fue injusto”, reprochó la mujer ante medios de comunicación de aquel país.
La cancillería trabaja con la subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación en el acompañamiento y seguimiento del caso. Además, se mantiene comunicación con las autoridades de El Salvador y se analiza la repatriación de los restos.
El subsecretario para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Maximiliano Reyes, destacó: “Junto al subsecretario (de Gobernación) Alejandro Encinas, damos seguimiento a la investigación de la Fiscalía de Quintana Roo para que se haga justicia”.
El director general para la región de la cancillería mexicana, Martín Borrego, tuiteó que “no habrá impunidad” y resaltó que existe amplia solidaridad entre El Salvador y México.
Hijas temen represalias
La madre de Victoria solicitó apoyo a las autoridades salvadoreñas para trasladarse a México a cuidar de sus nietas, de 15 y 16 años de edad, quienes llegaron al país justo después de que su madre regularizó su situación migratoria. Ahora están en la orfandad y una de ellas teme que la policía les haga algo, refirió la mujer.
La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados tuiteó: “Estamos consternados por el asesinato de Victoria Esperanza Salazar Arriaza. Como otras, salió de su país huyendo de la violencia. Confiamos en que México sea un lugar seguro para todas”.
Amnistía Internacional expresó su indignación por el crimen y exigió a las autoridades estatales una investigación expedita y la reparación del daño a la familia.