Contra pronósticos de hace dos años que consideraban imposible que operaran de manera simultánea los aeropuertos Felipe Ángeles en Santa Lucía, el Benito Juárez y el de Toluca, la madrugada del 25 de marzo se puso en marcha la primera etapa del rediseño del espacio aéreo en el valle de México, con ello se duplica la capacidad de operaciones.
En una segunda fase, prevista para marzo del próximo año, se implementará la segunda etapa ya con Santa Lucía en operación, informó Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), organismo que desde diciembre de 2018 ha trabajado con el sector.
Con base en la Navegación Basada en la Performance (PBN, por sus siglas en inglés) se duplica la capacidad del operaciones, al utilizar la infraestructura en tierra, la tecnología satelital y digital, así como los sistemas tecnológicos avanzados en las cabinas de vuelo, a fin de que las aeronaves puedan navegar en rutas más precisas, directas y eficientes.
Víctor Manuel Hernández, director general de Seneam, explicó en diversos espacios radiofónicos que esta nueva configuración de las carreteras aéreas es un “parteaguas” en la aeronáutica del país; agregó que las negativas previas al rediseño del espacio aéreo se debían a que no había suficientes estudios.
Recalcó que la operación con Santa Lucía está garantizada, aunque faltan algunos datos de la infraestructura en tierra de ese aeropuerto. En general, los estudios muestran que el Benito Juárez podrá soportar mil 300 operaciones, lo mismo Santa Lucía y 700 Toluca. Todas de manera simultánea. Lo que implica alrededor de 125 millones de pasajeros anuales inicialmente.
Si bien ahora se inició con el valle de México por su complejidad orográfica y las características de las aeronaves que en él circulan, se planea revisar todo el espacio aéreo en el territorio nacional y optar por la PBN, que implica trayectorias más precisas.
De acuerdo con simulaciones realizadas por la empresa NavBlue, se tendrá una reducción de hasta 16 por ciento promedio del tiempo de vuelo de las aeronaves que operen en el espacio aéreo del sistema aeroportuario metropolitano, habrá tiempos predecibles y mayor eficiencia en rutas de llegada y salida en cada aeropuerto, se reducirán las demoras operacionales, se reducirá el consumo de combustible y emisión de gases contaminantes y las interacciones y carga de trabajo para pilotos y controladores de tránsito aéreo.
En el rediseño del espacio aéreo participaron NavBlue y especialistas, profesionales y académicos representantes de organizaciones aeronáuticas como la Organización de Aviación Civil Internacional, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, la Cámara Nacional de Aerotransportes, el Colegio de Pilotos Aviadores, el Colegio de Ingenieros en Aeronáutica, representantes de líneas aéreas y propietarios de aeronaves, operadores de aviación general, aviación militar y colegios de especialistas.