Madrid. Los científicos crearon células inmunes modificadas genéticamente, llamadas mieloides, para enviar con precisión una señal anticancerígena a los órganos donde el cáncer puede diseminarse. En un estudio de ratones, el tratamiento redujo los tumores y evitó que el mal se propagara a otras partes del cuerpo.
La investigación, dirigida por especialistas de un centro de investigación del Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés), parte de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, se publica en la revista Cell. “Es un enfoque novedoso para la inmunoterapia que parece prometedor como tratamiento potencial contra el cáncer metastásico”, adelantó Rosandra Kaplan, líder del trabajo e integrante del Centro de Investigación del Cáncer.
El cáncer metastásico es muy difícil de tratar. El equipo de Kaplan ha explorado otro enfoque para evitar que sea metastásico, previniendo su propagación en primer lugar.
Antes de que el cáncer se propague, envía señales que preparan los sitios distantes para su llegada. Esos puntos, descubiertos por Kaplan en 2005, se llaman nichos premetastásicos.
En el nuevo estudio se exploró el comportamiento de las células inmunes en ese nicho. Debido a que Kaplan es oncóloga pediátrica, el equipo estudió ratones implantados con rabdomiosarcoma, tipo de cáncer que se desarrolla en los músculos de los niños y que a menudo se disemina a los pulmones.
Para analizar ese nicho, los investigadores observaron los pulmones de los ratones después de que se formaran tumores en el músculo de la pata, pero antes de que se encontrara el mal en esos órganos. La capacidad natural del sistema inmunológico para atacar el mal estaba presente, pero activamente reprimida en los pulmones, según descubrieron. Había pocas células inmunitarias que mataban la enfermedad, pero muchas que inhibían el sistema inmunológico.
Las células mieloides, en particular, eran abundantes en el nicho premetastásico y continuaron reuniéndose allí a medida que avanzaba el cáncer. Dichas células son parte de la primera respuesta del cuerpo a las infecciones, las lesiones y el cáncer. Cuando detectan una amenaza, normalmente producen interleucina 12 (IL-12, una citocina proinflamatoria), señal que alerta y activa a otras células inmunes. Pero las mieloides en el nicho premetastásico del pulmón, en cambio, enviaron señales que dijeron a las células inmunes que se retiraran, hallaron los expertos.
Juntas, estas características del nicho premetastásico del pulmón permiten que las células cancerosas prosperen cuando se diseminan allí, explica Kaplan.
El equipo del NCI se preguntaba si podrían aprovechar las células mieloides para estimular al sistema inmunológico en el nicho premetastásico cambiando el mensaje que transmiten. Usaron ingeniería genética a fin de agregarles un gen adicional para interlucina 12.
“Elegimos las células mieloides para administrar IL-12 en función de su capacidad única de albergar tumores y sitios metastásicos. Con esa citocina subimos el volumen de un mensaje que se ha silenciado”, explicó Kaplan.
En ratones con rabdomiosarcoma, las células mieloides modificadas genéticamente produjeron IL-12 en el tumor primario y en los sitios metastásicos. Como se esperaba, reclutaron y activaron células inmunes que matan el cáncer en el nicho premetastásico y redujeron las señales que inhiben el sistema inmunológico, se comprobó.