El trabajo doméstico es una de las actividades de sobrexplotación laboral, señaló María de Jesús López Amador, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Lo anterior, declaró, debido a las largas y extenuantes jornadas de trabajo sin días de descanso, malos tratos y discriminación por parte de los empleadores, bajos salarios, falta de seguridad social. Incluso, añadió, en numerosos casos se desempeñan sin percibir sueldo; en todo caso, les ofrecen hospedaje y alimentos a cambio de su trabajo.
Pero no sólo eso, declaró que, a partir del confinamiento, empleadas y empleados están en riesgo económico y desprotegidos en general.
“Cuatro de cada 10 empleados domésticos ganan entre uno y dos salarios mínimos, y 5 por ciento gana más de tres; es decir, por día algunos reciben cerca de 150 pesos. Aunque se han hecho reformas a las leyes Federal del Trabajo y del Seguro Social se sigue dejando afuera la posibilidad de que se jubilen, de definir un salario al día por prestaciones adquiridas por los años trabajados, e incluso siguen sin saber cómo afiliarse a un sistema de seguridad social.”
Vacíos de política pública
Con motivo del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, la especialista consideró que falta normatividad para un salario mínimo justo y que puedan profesionalizarse porque realizan diversas rutinas, pero el pago es desproporcionado. “Hay quienes ven en este tema nuevas formas de esclavitud, porque son sobrexplotadas, obtienen poco pago y son víctimas de abusos”.
Para López Amador, los días internacionales permiten visibilizar algún fenómeno social. En el caso del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, invita a los países a mirar hacia el interior y detectar los vacíos de política pública para fortalecer lo necesario a fin impulsar los derechos de este sector laboral.