Responsable operativo de la organización de las últimas cuatro elecciones, el secretario ejecutivo del Instituto Nacional Electoral, Edmundo Jacobo Molina, afronta en 2021 uno de los procesos electorales más complejos: el impacto de la pandemia, las restricciones presupuestales al INE e institutos locales en año electoral y la inseguridad. Hoy, ya se diseñan protocolos para generar las condiciones sanitarias durante las votaciones, pero “nadie puede garantizar que el riesgo es cero, hay que ser claros. Quien lo hace es por demagogia, lo que sí podemos hacer es reducirlo lo más posible y que votar sea seguro”.
En entrevista con La Jornada, Jacobo Molina expresa la preocupación por la astringencia financiera de los Oples pues, dada la corresponsabilidad con el INE en elecciones concurrentes –alerta–, hay algunas entidades donde los comicios están en riesgo (Nayarit, Colima, Baja California Sur y Baja California): “no solamente afecta a la elección local, sino al conjunto de los comicios, dado que es un solo acto por la casilla única”.
–¿El recorte en un año electoral es un fenómeno nuevo?
–Sí habíamos encontrado en otras ocasiones estas restricciones. Lo que es nuevo es que se registre en plena elección. Durante los procesos electorales, tanto el gobierno federal como los estatales entienden que se vuelva una prioridad, ya que tienen que ver con la propia gobernabilidad y viabilidad en las entidades donde ahora sí estamos encontrando, en algunos casos, que en pleno proceso se da esta retención. Lo lamentamos muchísimo porque se vuelve una forma de presión sobre el propio árbitro.
La inseguridad es otro factor de atención para el INE, aunque está muy focalizada en ciertas zonas. “Lamentablemente, en algunas regiones del país donde esta incidencia delictiva es mayor, pudiera afectarse la organización de los comicios”. Y aunque destaca la estrecha colaboración con las secretarías de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Marina y Defensa Nacional para la logística, menciona que ya algunos de quienes serán candidatos a diputados federales solicitaron protección personal, petición que se turnó a la SSPC.
–Se han registrado asesinatos de algunos precandidatos.
–Es un tema que trabajo permanentemente con las instancias de seguridad federal en lo que le toca al INE. En las candidaturas locales les corresponde la seguridad a las entidades. Lo que acordamos con la SSPC es que las solicitudes que mandan candidatos federales se las vamos a turnar y harán la evaluación correspondiente. Ya hay bastante experiencia en procesos anteriores, es un camino conocido. Pero, desafortunadamente, que tengamos que hacer esto es preocupante.
A pesar de la emergencia sanitaria, Molina subraya que la primera fase de la capacitación electoral arroja cifras muy positivas, pues cuando faltan unos días para el cierre de esta etapa, más de 2.7 millones de ciudadanos aceptaron fungir como funcionarios de casilla, casi el doble de los 1.4 millones requeridos para el número óptimo, incluidos suplentes para las 163 mil casillas. Esto pese a que por razones de protección, esta vez los adultos mayores no participarán en estas tareas.
Más allá de los diferendos públicos entre el INE y el presidente Andrés Manuel López Obrador, el secretario ejecutivo subraya la coordinación intensa con el gobierno federal para la lógística de seguridad y los protocolos sanitarios.
La pandemia –admite– ha obligado a ciertos cambios en la organización en diversos ámbitos: el cierre de escuelas públicas (donde se ubica 66 por ciento de las casillas) ha deteriorado algunos planteles, otros han sufrido vandalismo, por lo que se deben adecuar las instalaciones; en otros lugares no hay condiciones sanitarias propicias, debido a lo cual se buscarán espacios públicos. La migración que provocó en zonas fronterizas y turísticas complicó el reclutamiento de ciudadanos.
Son condiciones extraordinarias, subraya, que requieren adecuaciones, para lo cual el INE ha adoptado decisiones en coordinación con la Ssa y el grupo de expertos que asesora al instituto; además, se da seguimiento a otras elecciones para adaptar algunas medidas a México. Hay comicios paradigmáticos, como en Corea del Sur, con altas medidas de seguridad, pero impensables para el país por el gasto que implican.
–¿En las experiencias que han revisado el Covid redujo la participación ciudadana?
–En general no. En América Latina las experiencias son buenas. Sí hay preocupación, pues hay casos en donde se ha caído la asistencia a las urnas, pero con una buena campaña, dándole seguridad a la gente de que no se corren riesgos innecesarios, los datos son positivos y esperamos una buena participación.
Jacobo Molina adelanta que el INE lanzará una intensa campaña para difundir las medidas sanitarias que inevitablemente –admite– implicarán mayor gasto del INE, que provendrá del ahorro en otros rubros y la cancelación de algunos proyectos que debió hacerse desde antes, a partir del recorte presupuestal de 870 millones de pesos. “Nadie podía advertir que íbamos a enfrentar una elección tan grande como ésta bajo las condiciones sanitarias y presupuestales que tenemos”.