Por cada militar en activo existen 3.3 en retiro, pensionados o familiares derechohabientes, situación que pone al Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (Issfam) en la necesidad de depender del presupuesto federal para cubrir las prestaciones de soldados y marinos. Por ello, en diciembre pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que la administración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), del de Tulum y del Tren Maya quedaría en manos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), para ayudar a financiar su sistema de pensiones.
De gira por Tulum, Quintana Roo, el primer mandatario señaló el 20 de diciembre: “La administración, la operación del Tren la tenemos que definir con tiempo, estamos pensando que de Tulum hasta Palenque, que son tres tramos del tren, más el aeropuerto de Tulum, el aeropuerto de Chetumal, de Palenque, y el aeropuerto Felipe Ángeles de la Ciudad de México, se manejen en una empresa que dependa de las Fuerzas Armadas, con el propósito de que sea buena la administración del Tren, que sea autosuficiente y que las utilidades de esta empresa se destinen a fortalecer las finanzas para pensionados y jubilados de las Fuerzas Armadas”.
Creciente población en situación de retiro
Según el Programa Institucional 2020-2024 del Issfam, la institución da servicio a 282 mil 30 elementos en activo de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina (Semar), además de 98 mil 696 militares en situación de retiro, 31 mil721 personas pensionistas y 851 mil 257 derechohabientes, que son las familias.
Conforme al Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2021, el Issfam ejercerá este año 10 mil 992 millones 559 mil 742 pesos, de los cuales la tercera parte, 3 mil 670 millones 820 mil 614 pesos, provienen de las cuotas de seguridad social que aportan soldados y marinos en activo.
El grueso de su presupuesto, un total de 6 mil 898 millones 200 mil pesos, provendrán de subsidios y transferencias del gobierno federal, el resto es de otros ingresos, entre ellos el arrendamiento de locales comerciales dentro de instalaciones militares, intereses financieros y las ganancias que aporta el manejo de un hotel en Mazatlán, Sinaloa, primera empresa que administra para fortalecer sus finanzas.
El documento señala, además, que el número de pensionados va en ascenso: “el incremento de los militares que pasaron a situación de retiro, incorporados en la nómina, en el periodo de 2013 a 2018 fue de 33.5 por ciento, al pasar de 66 mil 237 a 88 mil 417”.
La presión que la llamada guerra contra las drogas impuso sobre las fuerzas armadas también se reflejó en el número de militares pensionados, según se expone en el Programa Institucional 2013-2018 del Issfam: “El otorgamiento de los haberes de retiro, pensiones y compensaciones en los años de 2006 y 2007 tuvo una tendencia ascendente normal; sin embargo, a partir de 2008 se incrementó esta tendencia, ya que se intensificó el combate a la delincuencia organizada y lucha contra el narcotráfico, lo que generó un aumento considerable en las bajas por incapacidad, retiro voluntario y/o baja”.
Ventajas de los militares
Desde la época posrrevolucionaria, cuando se creó la Ley de Retiros y Pensiones del Ejército y la Armada, y luego el Fondo de Ahorro del Ejército, sus condiciones son más favorables que para los civiles.
La Ley del Issfam incluye el derecho a un haber de retiro con 20 años de servicio, y se puede acceder a la jubilación a los 50 años de edad, para el caso de soldados rasos, y 65 para generales de división. Además, en cuanto piden su baja, los militares son ascendidos al grado inmediato superior con el propósito de que su pensión sea mayor.