La Habana. Centenares de carros, bicicletas y motos tomaron parte ayer de una caravana, sumándose a otras similares en decenas de países y que fueron convocadas por emigrados y grupos de solidaridad para protestar contra las sanciones de Estados Unidos a Cuba y demandar que el presidente Joe Biden levante el bloqueo impuesto a la isla hace casi 60 años.
Una larga fila de vehículos con carteles contra las sanciones estadunidenses y banderas cubanas avanzaron por el Malecón habanero en la mañana tocando bocinas, al tiempo que pasaban por delante de la embajada de Estados Unidos que queda en esa avenida frente al mar.
En Cuba la manifestación fue convocada por la Unión de Jóvenes Comunistas y organizaciones juveniles. En el arranque estuvo el canciller Bruno Rodríguez, quien afirmó: “Eventos como éste están ocurriendo en más de 50 ciudades del mundo, una buena parte de ellas en Estados Unidos. Estamos reclamando el fin del bloqueo, porque no sólo ha sido larguísimo, ilegal, inmoral y criminal.
“El bloqueo mata, y durante la pandemia de Covid-19 es no sólo un crimen, ilegal, inmoral, extraterritorial, y una violación gruesa del derecho internacional, y también refuerza su carácter genocida”, dijo Rodríguez a periodistas. “Estamos aquí todos en más de cincuenta ciudades del mundo diciendo no más bloqueo”.
La convocatoria para las caravanas o actos que llamen la atención se desarrolló el sábado y son las primeras coordinadas de manera mundial, generando manifestaciones en ciudades de Estados Unidos, desde Miami a Las Vegas, San Francisco, Detroit, Chicago, Seattle, Nueva York, Washington, así como en localidades de Canadá, Suecia, Francia, Alemania, España, Italia, Bélgica, Países Bajos, Serbia, Rusia, Argentina, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Costa Rica, Mali, Rusia y Camboya, entre otros países.
“El mundo entero se ha manifestado contra la política genocida y cruel del bloqueo. El pueblo cubano también se suma”, dijo a The Associated Press Maylín Alberti, una maestra de 38 años, mientras se manifestaba. “Hemos sido durante más de cinco décadas maltratados por la administración estadunidense”.
Cifras entregadas a la Organización de Naciones Unidas por el gobierno cubano estimaron que las pérdidas anuales por las sanciones de Washington a la isla impuestas para presionar un cambio de modelo político sólo entre 2019 y 2020 alcanzaron 5 mil 500 millones de dólares.
El resultado para la población en la isla de 11 millones de habitantes fue desabasto en alimentos y medicinas o insumos, que se agregó a las presiones por la pandemia del Covid-19 y a un problema de ineficiencia reconocido por las autoridades.
El ex presidente Donald Trump endureció radicalmente las medidas, limitando los viajes de sus nacionales a la isla, prohibien-do los cruceros, restringiendo vuelos y envío de divisas e incluso persiguiendo a las empresas de terceros países que se acercaran a operar con Cuba.
#Cuba: protesta contra el #embargo
— DW Español (@dw_espanol) March 29, 2021
Cientos de personas participaron este domingo en una caravana para exigirle al gobierno de #JoeBiden que levante el embargo que Estados Unidos impone a la isla desde hace 60 años.#DWNoticias /mm pic.twitter.com/w86mvColre
Ninguna acción flexible del gobierno de Biden
Joe Biden dijo durante su campaña electoral que revisaría esa política para acercarla a la que desarrolló Barack Obama, quien reconoció que las sanciones no sirvieron para modificar el modelo político de la isla y ocasionaron dolor a las familias cubanas.
Sin embargo, el nuevo gobernante estadunidense no realizó hasta ahora ninguna acción de flexibilización.
También se desarrolló una campaña en redes sociales y el presidente cubano Miguel Díaz-Canel hizo varios comentarios sobre el desarrollo de las manifestaciones.
“Gracias compatriotas en la emigración, amigos de todas las nacionalidades. La pelea por lo justo nos une”, expresó el mandatario, y añadió que este movimiento global “está haciendo historia con Cuba en el centro de todos los abrazos y una demanda única: #AbajoElBloqueo”.
Díaz-Canel aseguró que la iniciativa tiende además “puentes de amor a los que lanzan el mismo grito del otro lado del mar”, en referencia al proyecto del cubanoestadunidense Carlos Lazo, quien promueve la realización de estas actividades en Estados Unidos y Canadá.