Moscú. Integrantes de la Comisión de Monitoreo Público (CMP) de la región de Vladimir visitaron ayer la colonia penitenciaria IK-2, donde está recluido Aleksei Navalny, para escuchar de su propia voz qué problemas de salud padece, al tiempo que unos 20 médicos rusos publicaron una carta abierta que advierte el riesgo de que la dolencia en la pierna del opositor pueda causarle parálisis y exigen a las autoridades darle el tratamiento que requiera.
“Durante la conversación que sostuvimos, tomamos conocimiento de que le duele una pierna y nos pidió gestionar que le pongan inyecciones de diclofenaco para mitigar el dolor. Camina por sí solo y no hizo ninguna otra petición”, declaró Viacheslav Kulikov, presidente de la CMP de la región de Vladimir, filial de una instancia, la Cámara Pública de la Federación Rusa, que aspira a representar a la sociedad civil bajo supervisión del Kremlin.
Según Kulikov, hablaron también con los médicos de la IK-2 y comprobaron que la solicitud de Navalny de recibir ese analgésico y antinflamatorio esté oficialmente registrada, además de sugerir que, “de ser necesario, lo sometan a estudios clínicos complementarios”.
Más preocupados se mostraron los 24 firmantes iniciales de una carta abierta de médicos de ciudades rusas, que sostienen que Navalny “podría sufrir las consecuencias de una complicación debido al envenenamiento del año pasado o como efecto de una rehabilitación interrumpida antes de tiempo”.
Dicen temer “lo peor”
Señalan que sin conocer los resultados de la resonancia magnética que se le practicó y sin una revisión exhaustiva, no pueden emitir un diagnóstico, pero con base en la información disponible, como las declaraciones públicas de Navalny y lo que dicen su esposa Yulia y sus abogados, “tienen motivos para temer lo peor”, porque “dejar en ese estado a un paciente, sin asistencia –incluso podría requerir una quirúrgica–, traería consecuencias graves, entre otras la pérdida irreversible, completa o parcial, de la función de las extremidades inferiores”.
Invitan a los médicos a poner su firma en la carta abierta, que exige “al Servicio Penitenciario Federal de Rusia (SPFR), a las dependencias de seguridad y a la dirección política de nuestro país” intervenir de inmediato para proporcionar a Navalny la atención médica que necesite.
Cuando Navalny dio a conocer sus problemas de salud, el SPRF aseguró que su estado “es estable, satisfactorio”, mientras el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, rechazó que sea una forma de tortura que no deje dormir al opositor al despertarlo cada hora, como denunció cuando pudieron visitarlo sus abogados.
Peskov dijo que Navalny se quejó de algo que “es probable que sea parte del sistema para mantener la disciplina y el orden en las instalaciones” del reclusorio y agregó que “en las cárceles de otros países se aplican medidas disciplinarias mucho más brutales e inhumanas”.