Hay una ventaja indiscutible en competir como local. Estrella Chacala Valverde lo comprobó en su combate ante Tatyana Zrazhevskaya, en Ekaterimburgo, Rusia, el sábado pasado. Aún de madruga, sin poder dormir tras el combate por el cambio de horario, la mexicana no clama por condescendencia, ella sabía desde antes que para volver a su país con el campeonato mundial interino en peso gallo del CMB, tenía que noquear a la local.
No lo logró. En cambio, dio una batalla de la que se siente orgullosa. Fue aguerrida y valiente. Pero los jueces calificaron la contienda con una victoria por decisión unánime para la peleadora rusa.
“Las tarjetas me parecieron exageradas”, responde desde Ekaterimburgo; “creo que debieron ser más cerradas y dar una decisión dividida o hasta un empate era lo justo. Pero esto es lo que tiene que enfrentar siempre un deportista cuando sale a competir a la casa de un adversario”.
No hay excusa –ataja la Chacala–, así es el deporte y el negocio que conoce muy bien. Salir a la casa de los rivales implica un desgaste que tiene un costo en quien lo emprende. Horas de viaje, de asentarse en un territorio ajeno, resolver necesidades prácticas, como el alojamiento o dónde alimentarse, el lugar para ejercitarse antes de la competencia. El cambio de horario, cuando existe, todo eso disminuye en alguna medida el rendimiento, coincide Estrella con tantos atletas que cumplen el rol de visitantes.
“Yo no vine a Rusia a pasear, vine a trabajar”, comenta, “fue un trayecto de 39 horas, desde la Ciudad de México hasta la provincia rusa donde fue la pelea. Es bien complicado todo ese proceso para, además, llegar bien concentrada y lo mejor posible”.
Después de esta aventura, Estrella piensa que debería aprovechar el papel que hizo en Rusia y buscar más oportunidades allá.