El año pasado, la Enciclopedia Fonográfica del Jazz en México iba a iniciar una serie de presentaciones. Había buen ánimo. El Conservatorio Nacional de Música y el Palacio de Bellas Artes eran las primeras sedes, todo estaba listo y programado. Entonces vino el remolino y nos alevantó.
Después de diferir dos o tres veces las fechas, se determinó esperar a que levantara bien la niebla para retomar los proyectos (y ahí seguimos). Fue entonces que, gracias al apoyo de Matías Carbajal y la Fundación Sebastián, en enero de 2021 se inició una gira virtual por todo el territorio nacional. Los corredores del ciberespacio facilitaron enormemente la logística, y así la Enciclopedia ha estado viajando por el país entero; no sólo presentándose ante diferentes comunidades de melómanos, sino propiciando también una conversación continua sobre la escena del jazz en cada ciudad sede.
Un tema recurrente en las veintitantas presentaciones que se lleva hasta la fecha es la situación de la escena local antes y después de la pandemia. Aquí, unos cuantos testimonios:
Gerardo Castmu (Aguascalientes, guitarrista): “Antes de la pandemia sí había actividad; no mucha, porque muchos de los músicos que estaban generando jazz ya habían emigrado a la Ciudad de México o al extranjero. Pero ahora, con la pandemia, muchos tuvieron que regresar a casa y está muy interesante lo que está sucediendo. Digo, no se han podido hacer muchas actividades con público, pero muchos jazzistas están grabando, como en el caso de Omar Vázquez, un alumno de Jazzuv que acaba de regresar, que está tomando sus clases en línea, pero ya hizo un disco nuevo aquí, y así hay varios más. Creativamente, está mejor que antes. Ahora falta ver qué va a pasar cuando se reactive todo”.
Fernando Domínguez (Mexicali, saxofonista): “Antes de la pandemia estaba difícil. Lo principal es que no hay buenos lugares donde se pueda tocar música original. En general, la mayoría ven al jazz como música de fondo para acompañar la comida o la cena, y ahora, pues es lo mismo; para los que hacemos jazz original es muy difícil en el sector comercial, pero seguimos haciendo lo nuestro y seguimos luchando”.
Dulce Resillas (Querétaro, pianista): “En realidad, desde antes de la pandemia, el jazz en Querétaro es un círculo pequeño; generalmente se han estado haciendo esfuerzos por hacer jam sessions en las casas de los músicos, que son reuniones entre amigos, donde se invita a los cuates. Ahora se ha continuado, pero obviamente con menos gente. El que anda organizando es un pianista que se llama Patricio Peña; tiene muy buena convocatoria entre los jazzistas de Querétaro. Pero aquí casi no hay lugares para el jazz, la mayoría de los músicos vamos a San Miguel de Allende, donde había más chamba, pero con la pandemia eso cesó por completo. Ahorita se está empezando a reabrir”.
Milton Pérez (Los Cabos, contrabajista): “Antes de la pandemia, precisamente, se iniciaba ya un buen movimiento, como es de costumbre aquí cada año en temporada alta. Ya empezaban las contrataciones de los restaurantes, los bares, los hoteles; pero a finales de febrero se anuncia la pandemia y en todas partes empieza a haber despidos, casi todos los lugares cierran. La actividad musical disminuyó notablemente; algunos músicos tocaban en lugares que tenían patios o terrazas, pero sólo por propinas. Otros preferimos hacer trabajo desde casa y algunos más tuvieron que irse de aquí. Ahora hay un intento de reactivación, pero no se contratan grupos grandes. Yo estoy tocando a dueto, y a veces solo, con pistas”.
Víctor Quijas (León, contrabajista): “Antes de la pandemia había pocos foros para tocar, aunque en la ciudad sí había varias agrupaciones. Había trabajo, pero no en foros especializados en jazz. Había apoyos del Instituto Estatal de la Cultura, que con sus convocatorias nos daba oportunidad de sonar. Con la pandemia todo se suspendió, hasta presentaciones que ya teníamos pagadas. Ahora regresan los foros, pero muy reducidos, no pueden contratar mucha música en vivo. Con Gato Negro tocábamos tres o cuatro veces por semana aquí, en Irapuato, en Guadalajara; y ahorita poco a poco empiezan las presentaciones en espacios abiertos. Nosotros abrimos el foro Hangar 318 con la idea de Chilaquiles Jazz, con ensambles de jazz que tocaban los domingos en desayunos, pero alguien con muy mala fe nos fue a acusar y nos cayó fiscalización. Por lo pronto, tuvimos que detenernos”.
(Continuará)