Las mujeres de Milpa Alta rompieron el silencio después del asesinato de Flor, Isabel y Melesia en menos de una semana, por lo que ayer salieron a exigir “que no haya más feminicidios”.
Las calles del poblado Santa Ana Tlacotenco por primera vez fueron recorridas por integrantes de diferentes agrupaciones feministas rurales que con gritos y consignas hicieron un clamor de justicia por estos homicidios.
De todas las edades caminaron por vías estrechas, empinadas y de terracería hasta llegar a la casa de Melesia, quien tenía 72 años y se dedicaba a la venta de flores y plantas, quien el 21 de marzo fue encontrada sin vida.
A pesar de que vivía sola, era conocida por vecinos y mantenía una relación muy cercana con sus familiares, quienes la frecuentaban casi a diario; por eso acudieron a su casa y la encontraron sin vida con huellas de violencia.
El 19 de marzo, en San Pablo Oztotepec, los cuerpos de Flor e Isabel fueron hallados con heridas de arma blanca. Madre e hija tenían signos de violencia en el rostro, piernas y manos. Por esos hechos un hombre fue detenido.
Las agrupaciones Mujeres de Maíz Milpa Alta Chicomecóatl, Mujeres por la Tierra y Mujeres de la Periferia convocaron a una marcha con la finalidad de levantar la voz y exigir justicia para las víctimas.
Durante la caminata se unieron habitantes de San Gregorio Atlapulco e integrantes de la Coordinadora de Pueblos, Barrios Originarios y Colonias de Xochimilco que llegaron hasta la casa de Melesia, donde colocaron una cruz rosa con su nombre y junto a ella dos más con los de Flor e Isabel, rodeadas por veladoras.
Se mantuvieron un rato y tras colocar la ofrenda, con el puño en alto guardaron un minuto de silencio; posteriormente entonaron la canción Sin miedo, de Vivir Quintana, que se ha vuelto un himno en las marchas feministas.
Las activistas siguieron su marcha rumbo a la plaza cívica del poblado donde de acuerdo con registros oficiales todavía es una comunidad con mujeres maltratadas, por lo que exigieron que no haya más agresiones contra madres, hijas o hermanas.
Las mujeres gritaban consignas y portaban pancartas con demandas de castigo para los responsables de las agresiones. En el caso de Melesia se desconoce quién perpetró el ataque.