En la capital más de 2 millones de personas registradas en la lista nominal de electores son jóvenes de 18 a 30 años, lo que representa un tercio de la población en edad de sufragar, pero son el sector que menos participa, ni en los órganos de representación vecinal, como los Comités de Participación Comunitaria, señalaron consejeros del Instituto Electoral (IECM).
Durante la firma de un convenio de apoyo y colaboración con el Instituto de la Juventud (Injuve) del gobierno local, la titular de la dependencia, Beatriz Olivares Pinal, advirtió que además de aumentar la participación de las personas de esa edad en los procesos democráticos, se requiere generar espacios en los que sean escuchados y se les permita involucrarse en la construcción de políticas públicas.
El convenio, explicó el consejero presidente Mario Velázquez Miranda, tiene como finalidad implantar acciones y estrategias que involucren a las juventudes en la vida democrática de la ciudad, en el contexto del proceso electoral 2020-2021.
Olivares precisó que por medio del programa Las y los Jóvenes Unen al Barrio se buscará incentivar a que tengan una mayor participación en los comicios,y se involucren y salgan a votar el próximo 6 de junio.
El consejero Mauricio Huesca Rodríguez advirtió que es necesario romper con estigmas como el que ser joven es sinónimo de rebeldía o irresponsabilidad, “que no son certeros, pero imperan para ese sector”, y admitió que se requiere conjuntar esfuerzos para potenciar sus capacidades y su desarrollo en procesos comunitarios.
Votarán por primera vez 3% de electores
Ernesto Ramos Mega refirió a su vez que 3 por ciento de los electores registrados en la lista nominal son personas de entre 18 y 20 años que acudirán a votar por primera vez y el reto es cambiar la estadística de una baja participación, “no sabemos si es por un tema de desconocimiento, de desinterés o de ocupación en otras tareas”, pero habría que convertirlos en las personas más interesadas en el proceso democrático de la ciudad.
Velázquez Miranda agregó que son 2 millones de personas que deben volverse actores del desarrollo de sus comunidades, tener una participación amplia en la construcción de políticas públicas que generalmente no están diseñadas para atender sus intereses, ante los problemas que enfrentan de precariedad y falta de oportunidades, que son algunos obstáculos que les impiden acercarse a la política.