Viena. La pandemia ha tenido impacto desproporcionado en el bienestar de la tercera edad, un grupo de población que esconde una epidemia de consumo de drogas y cuyas muertes por esta causa, muchas por sobredosis, van en aumento, advirtió la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), que llamó a las autoridades sanitarias a reconocer esta realidad y a no dejar atrás a estas personas en aras del combate a la pandemia de Covid-19.
La JIFE, organismo vinculado a la Organización de Naciones Unidas (ONU), señaló en un informe que el uso de drogas en adultos mayores es una “epidemia oculta” que se agravó ante la alerta mundial por el coronavirus.
Añadió que es necesario recolectar más datos sobre el uso excesivo de medicamentos entre los adultos mayores, y atribuyó la falta de información sobre este fenómeno entre las personas de la tercera edad a que las encuestas se han centrado en adultos jóvenes y grupos en riesgo de entre 15 y 65 años.
Señaló que los datos disponibles muestran la “tendencia alarmante” hacia mayor abuso y sobredosis de fármacos en ancianos. La pandemia de coronavirus ha provocado que los médicos receten más medicamentos para tratar problemas relacionados con la edad avanzada, así como trastornos como ansiedad, depresión y otros, mientras se incrementa, además, la tendencia a automedicarse, muchas veces con fármacos cuya venta no requiere receta médica.
Existe además el problema creciente de la “polimedicación”, que es tomar al menos cinco medicamentos –ya sea con o sin receta– o drogas ilegales por día. Esta medicación excesiva causa o agrava problemas respiratorios, degenerativos, enfermedades del hígado, diabetes y problemas crónicos de salud mental.
El informe se puede consultar en https://www.incb.org/incb/en/publications/annual-reports/annual-report.html.