Ciudad de México. A diez años del inicio de la guerra en Siria, la situación en dicho país asiático ha derivado en una crisis humanitaria, con más de 12 millones de personas desplazadas a causa de la violencia, además de una devastación casi total de su sistema de salud, advirtió la organización civil Médicos Sin Fronteras (MSF).
En un pronunciamiento con motivo de los diez años del comienzo del actual conflicto en aquella nación, MSF indicó que a lo largo de esta última década unos 12 millones de sirios y sirias (la mitad de la población anterior al conflicto), se han visto obligados a huir del conflicto y dejar sus hogares, a menudo varias veces, convirtiendo a esta situación en “la mayor crisis de desplazamiento de este siglo”.
Una parte importante de la infraestructura de Siria, lamentó, también ha sido destruida, en particular el sistema de salud “relativamente funcional” de Siria que el país tenía antes del conflicto armado.
“Cientos de instalaciones médicas fueron bombardeadas, un gran número de personal médico ha muerto o ha huido, y sigue habiendo una escasez desesperada de suministros médicos en muchas partes del país. Hoy, las necesidades médicas del pueblo sirio son enormes”, enfatizó MSF.
La organización humanitaria señaló en su pronunciamiento que “ha respondido a la crisis en Siria desde el comienzo de la guerra. Hemos brindando apoyo a personas necesitadas en diferentes zonas del país: desde la donación de suministros médicos hasta la instalación de hospitales y clínicas, pasando por el apoyo remoto a instalaciones médicas y redes de personal médico en áreas a las que MSF no podía acceder directamente”.
En la actualidad, añadió, brinda apoyo al pueblo sirio dentro de Siria, y en varios países vecinos que acogen a refugiadas y refugiados sirios.
Luego de detallar en una línea de tiempo el origen de la guerra y cómo ha ido escalando desde 2011, MSF destacó que “brindar atención médica a las personas dentro de Siria resultó ser un desafío desde el comienzo del conflicto”, pues desde hace diez años y hasta la actualidad, “no se nos ha concedido autorización para trabajar en zonas controladas por el gobierno”, por lo que sus áreas de intervención siempre se han concentrado en zonas fuera del control de las autoridades.
En la actualidad, una década después, “el conflicto en Siria no ha terminado y las personas siguen sufriendo. Los efectos de la guerra continúan teniendo un impacto desastroso en los sirios de todo el mundo. Actualmente, casi 12 millones de sirios y sirias (la mitad de la población de antes de la guerra), están desplazados dentro y fuera de Siria.
“Unos 5.6 millones de refugiados y refugiadas se encuentran dispersos por todo el mundo, la mayoría en Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto. Alrededor de 6.2 millones de personas son desplazadas internas, el mayor número en todo el mundo, la mayoría de ellas viviendo en condiciones precarias”.
Además de lo anterior, existe una “cifra récord de 12.4 millones de sirios y sirias (casi el 60 por ciento de la población), sufre inseguridad alimentaria, según los alarmantes datos nacionales del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA)”.
En poco más de un año, otros 4.5 millones de sirios y sirias han sufrido inseguridad alimentaria. Una crisis económica, la pérdida de empleos como resultado de Covid-19 y el alza de los precios de los alimentos se han sumado a la difícil situación de las personas sirias que han sido desplazadas y desgastadas por una década de conflicto, lamentó MSF.