El gasto de los hogares en el agua embotellada creció más de tres veces en 16 años, ya que en 2002 unos 5 millones de familias destinaban 6 mil 600 millones de pesos, pero en 2018 llegó a 21 mil millones de pesos y la cifra de viviendas pasó a 12 millones, sostuvo Hugo Rojas, director de Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento.
Indicó que es clara la tendencia de aumento en el consumo de agua embotellada. Reconoció que “de dar un servicio adecuado no habría estas cifras”. Se refirió a que es necesario que las tarifas establecidas del consumo de agua potable se cobren; hay casos como Monterrey, León, Puerto Vallarta y Aguascalientes que tienen niveles de eficiencia comercial arriba de 90 por ciento.
En el foro Descubramos la importancia y el valor del agua, Víctor Lichtinger, presidente del Consejo Consultivo del Agua, señaló que no es posible que el eslabón más débil del gobierno, el nivel municipal, esté a cargo del agua, aunque hay excepciones en servicios eficientes, “pero la gran mayoría no tiene capacidad para resolver el tema, esto hace que el tratamiento del agua para devolverla para el saneamiento sea un desastre. Los municipios no tienen capacidad para tratar el agua”.
No hay calidad de agua en las casas, agregó: la que se regresa a la naturaleza contamina cuerpos de agua y se necesitan modificaciones legales. “Cada vez estamos peor, llevamos años retrocediendo. Cada vez los ríos están más contaminados, hay menos agua para más gente.”
La batuta
Sostuvo que algunas empresas hacen cosas, pero la gran mayoría no hace nada, las “organizaciones empresariales deberían tener un papel más activo, no sólo que las grandes empresas lo hagan, que haya un mayor esfuerzo por hacerlo. Los problemas no se resuelven con algunos del sector privado”.
Señaló que el sector público tiene la batuta para atender el problema. Precisó que no es sólo labor del Ejecutivo, sino también del Legislativo, “no se pueden echar la culpa a los privados, no se pueden resolver los problemas sin el Estado. Todos deben entrar”.
Mario Esparza, subdirector general de Agua Potable, sostuvo que a veces hay diferencias entre organismos operadores y la industria, “se debe tener un enfoque de visión compartida, tomar en cuenta la prelación de los usos, y no caer en conflictos sino en acompañamiento”. Llamó a una genuina autocrítica.