Al poner en marcha un programa de capacitación del personal castrense en materia de derechos humanos, el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, destacó ayer que todos los servidores públicos y las autoridades de los distintos órdenes de gobierno deben saber que no pueden atentar contra la integridad de las personas, ni infligir maltrato o tortura física o sicológica.
La profesionalización de las fuerzas armadas propicia la prevención y erradicación de prácticas ilícitas que se cometieron en distintos momentos de la historia del país. “La tortura, los tratos crueles o denigrantes, la ejecución extrajudicial o la desaparición forzada, fueron prácticas que hoy están tipificadas como delitos y violaciones graves a los derechos de las personas”, añadió.
El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación resaltó que la política de seguridad emprendida durante la llamada guerra contra el narco, al igual que sucedió en años anteriores cuando se obligó a las fuerzas armadas a asumir tareas que competen a la autoridad civil, tuvo como consecuencia una grave crisis de derechos humanos que dañó profundamente a la sociedad mexicana, especialmente a las poblaciones históricamente marginadas.
Agregó el funcionario que “el uso de las fuerzas armadas en tareas de seguridad, sin un marco jurídico adecuado, generó vulnerabilidad en las propias fuerzas armadas y los llevaron a cometer violaciones de derechos humanos que dejaron grandes heridas en la historia reciente del país”.
Encinas resaltó que la construcción de la paz en el país, “nos exige una política de seguridad y defensa que coloque en el centro de las actuaciones de los órdenes de gobierno el respeto a la vida, la dignidad humana y la legalidad.
“Violar derechos es una contradicción a lo que somos y una traición a lo que nos dio origen como Cuarta Transformación, por eso asumamos que el respeto a los derechos humanos dignifica la vida pública y a sus instituciones”, subrayó al manifestar su interés en que el Ejército Mexicano siga siendo la institución pública más reconocida y tenga cada día el mayor respeto de los mexicanos.