Berlín. El gobierno alemán dio marcha atrás y renunció a las nuevas medidas restrictivas que había previsto imponer durante la Semana Santa para paliar la pandemia de Covid-19, que no da tregua en Brasil, donde se registraron por primera vez más de 3 mil muertos en un día.
Fue "un error", admitió la canciller alemana Angela Merkel. Su gobierno había anunciado el lunes nuevas restricciones en las vacaciones de Pascua, que incluían el cierre de tiendas y oficios religiosos organizados por videoconferencia.
Las críticas no tardaron en llegar, incluso desde el gobierno conservador. Especialmente virulentos fueron los comentarios de los círculos empresariales, que deploraron los cierres de negocios, en un contexto económico ya muy complicado en el país.
"Un error debe llamarse error y, sobre todo, debe corregirse. (…) Sé que esta propuesta ha causado una incertidumbre, lo lamento profundamente y por ello pido perdón a los ciudadanos", dijo Merkel, cuyo partido retrocede en los sondeos por la gestión de la pandemia.
Según la canciller, el plan tenía "las mejores intenciones" en un momento en que los contagios aumentan en el país, donde ya han muerto más de 75 mil personas de coronavirus, pero no podrá ponerse en práctica correctamente "en un periodo tan corto de tiempo".
La situación sanitaria de Alemania no es una excepción. En otros países europeos, las cifras de contagios vuelven a encender las luces de alarma mientras los ciudadanos pierden ya la cuenta de las restricciones, los confinamientos o las olas de la pandemia.
En Bélgica, el primer ministro Alexander De Croo anunció nuevas medidas este miércoles para "superar la tercera ola" del covid-19, que incluyen educación a distancia para casi todos y restricciones en comercios no esenciales.
Merkel reconoce "error" por restricciones en Semana Santa
— DW Español (@dw_espanol) March 24, 2021
La canciller Angela #Merkel dio marcha atrás al endurecimiento de las restricciones previsto en Pascuas y pidió disculpas a los ciudadanos alemanes. El cierre casi total del 1 al 5 de abril desató fuertes críticas. /ft pic.twitter.com/ridPaU0ssv
Inviable
La idea del endurecimiento de las medidas por cinco días durante Semana Santa (del 1 al 5 de abril) fue pensada "con las mejores intenciones", pero "no se puede hacer en un lapso corto", afirmó.
Poco antes, Merkel había convocado sorpresivamente a una reunión de crisis a los 16 estados-regiones, dos días después de una cumbre anticovid que cristalizó todos los descontentos.
El lunes, después de 12 horas de discusiones, la canciller había decidido poner el cerrojo durante el largo fin de semana de Pascuas a todos los comercios, y permitir oficios religiosos solo por videoconferencia.
"La situación es grave. El número de casos aumenta exponencialmente y las camas de cuidados intensivos se vuelven a llenar", advirtió la canciller, al terminar la reunión del lunes.
La variante británica, agregó, puso en una "nueva pandemia" a Alemania, que ha superado la barrera de las 75 mil muertes debidas al covid-19.
Además de la prolongación de las restricciones actuales hasta el 18 de abril, como la limitación de las reuniones privadas, el gobierno también había prohibido los alquileres para vacaciones en Semana Santa en todo el país.
Este miércoles se dio marcha atrás.
Después de un examen jurídico por parte de varios ministerios, surgieron muchos problemas en la organización de esta "pausa", explicó el presidente del partido conservador CDU, Armin Laschet.
Considerada insuficiente por los científicos, la "pausa" era criticada por diversos sectores, desde asociaciones de comerciantes por el impacto económico hasta los cristianos privados de misas presenciales.