Brasilia. El Supremo Tribunal Federal de Brasil dictaminó ayer que el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) no fue tratado con imparcialidad en unas investigaciones de corrupción, lo que fortalece sus posibilidades de competir contra el presidente Jair Bolsonaro en los comicios del próximo año.
La segunda sala del Supremo Tribunal Federal (STF) tomó esa decisión por tres votos contra dos, luego de un cambio a último momento en la posición de una magistrada, Carmen Lucía, que inicialmente había rechazado la demanda presentada por los abogados del líder de la izquierda. La decisión supone un duro golpe a la gigantesca operación anticorrupción Lava Jato, de la que Moro era la principal figura, y en el fallo se establece que adoptó decisiones sesgadas.
“Victoria de la verdad”, reaccionó el Instituto Lula en Twitter, con una foto del mandatario en un mitin en la que puede leerse: “STF decide, Moro parcial”. La defensa de Lula alegó que Moro perjudicó al ex mandatario a lo largo de toda la instrucción del proceso y actuó con motivaciones políticas.
“Esperamos que el fallo emitido hoy por la Corte Suprema sirva de guía para que cualquier ciudadano tenga derecho a un juicio justo, imparcial e independiente”, señalaron en una nota los abogados del ex mandatario, Cristiano Zanin y Valeska Zanin Martins.
La decisión ensombrece aún más la reputación de Moro y de la investigación Lava Jato que dirigió durante años. Moro sentenció a cientos de dirigentes empresariales y políticos, y se transformó en una de las figuras públicas mejor conocidas de Brasil. Algunos lo calificaron de héroe, mientras otros lo acusaron de ser un fanático.
El voto del desempate
“En este caso se discute algo que para mí es clave: Todos tienen derecho a un juicio justo, al debido proceso legal y a la imparcialidad del juez”, señaló la magistrada Carmen Lucía, quien emitió el voto que rompió el desempate.
Mensajes filtrados que fueron publicados por The Intercept Brasil en 2019 mostraban una aparente colusión entre Moro y los fiscales de la pesquisa Lava Jato durante el proceso que al final envió a prisión a Lula por corrupción y lavado de dinero, acusaciones de las que nunca se presentó una sola prueba y siempre negó el también fundador del Partido de los Trabajadores (PT).
Su condena en apelación lo dejó fuera de las elecciones presidenciales de 2018, y allanó el camino para que el legislador neofascista Jair Bolsonaro obtuviera la victoria. Moro se convirtió en el ministro de Justicia de Bolsonaro, lo que fue argumentado por la defensa como ejemplos de las motivaciones políticas del ex juez.
El fallo de ayer se produce luego de una decisión por separado del juez Edson Fachin realizada el 8 de marzo de anular las dos condenas contra Lula, con el fundamento de que fue juzgado en un tribunal sin la debida jurisdicción, y estableció que podría volver a ser sometido a un juicio en un tribunal federal de la capital Brasilia.
“Moro entra a la historia como un juez que, por motivos externos al sistema penal, optó por despojar de sus derechos políticos a un gran líder con quien no estaba de acuerdo”, dijo en un comunicado el senador Jean Paul Prates, del PT. “Esta decisión combinada con la anulación de las condenas de Lula al inicio del mes lo deja más que claro: ¡es inocente!”
Si bien la decisión emitida hace unas semanas despejó el camino para que Lula se enfrente a Bolsonaro en las elecciones presidenciales de 2022, también fue interpretada por los expertos legales como un recurso para evitar un fallo sobre las acusaciones de parcialidad de Moro, y así preservar las condenas y credibilidad de la investigación Lava Jato. Sin embargo, otro juez pidió una votación sobre el asunto pendiente.
Los jueces prohibieron ayer que las supuestas pruebas reunidas en la pesquisa Lava Jato sobre la presunta supuesta propiedad de Lula de un tríplex en la localidad costera de Guaruja, estado de Sao Paulo, sean utilizadas en cualquier juicio futuro.
Los jueces no se pronunciaron sobre si la evidencia recopilada anteriormente podría ser usada en el nuevo juicio de la otra condena de Lula, o en sus otros dos casos penales sin resolver.
“Rayo de esperanza para otros encarcelados”
Michael Mohallem, coordinador del Centro de Justicia de la Fundación Getúlio Vargas, refirió que el fallo regresa al punto de partida cualquier proceso de corrupción contra Lula, y consolida su candidatura rumbo a las elecciones de 2022. Pero también ofrece un rayo de esperanza para otros que han sido encarcelados.
“Lula podrá decir que fue procesado por un juez que quería declararlo culpable. Para la campaña política, eso es muy valioso”, añadió Mohallem. “El temor es que muchos reclusos interpondrán recursos para anular sus sentencias. El fallo abre esa discusión”, puntualizó.
La “sospecha” de Moro que revisó el STF concierne a un único caso de las dos condenas dictadas hasta ahora contra Lula en el tribunal de Curitiba, donde actuaba el ex juez.
El tríplex en Sao Paulo
Se trata del caso de un tríplex en el litoral de Sao Paulo, del cual Lula era beneficiario, según la acusación, a cambio de contratos ofrecidos a constructoras en la petroleestatal Petrobras.
Moro dictó en 2017 una sentencia en su contra de 9 años y medio de cárcel, llevados a 12 años y un mes –en enero de 2018– por un tribunal de segunda instancia y reducida después a ocho años y 10 meses en 2019 por una corte superior. Lula fue condenado a 17 años de cárcel en otro juicio iniciado por Moro, pero concluido por su sucesora cuando el juez se convirtió en ministro.
Esos dos procesos fueron anulados a inicios de este mes por un magistrado del STF por vicio de forma, alegando que debían ser tratados en Brasilia. La Fiscalía General impugnó esa decisión, que deberá ser tratada próximamente por el plenario del STF, de 11 miembros.
La nueva victoria judicial de Lula, ayer, obliga al tribunal que trate el asunto a iniciar desde cero la instrucción, con todos los interrogatorios. Moro puede presentar un recurso contra el fallo, pero sólo cuestionando su constitucionalidad, explica Daniel Vargas, de la Fundación Getúlio Vargas.
“La decisión de hoy es otra una victoria política para el ex presidente Lula, cuya elegibilidad se confirma tras sucesivas decisiones del STF”, dijo la consultora Prospetiva.