Ciudad de México. La inflación anual saltó a 4.12 por ciento en la primera quincena de marzo, fuera del rango objetivo del Banco de México, exhiben datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Sólo en esa quincena se registró un crecimiento de 0.53 por ciento en el Índice de Precios al Consumidor (INPC), por arriba de lo esperado por el mercado.
En el periodo de 15 días, de nueva cuenta los energéticos fueron el grupo que más disparó la inflación, aumentaron 1.78 por ciento. Esa alza también implicó que todo el componente no subyacente del INPC —que registra los bienes y servicios más propensos a variar— aumentara 1.08 por ciento quincenal y 4.19 por ciento anual. En ese mismo grupo aumentaron 0.76 por ciento los precios de productos agropecuarios.
Para el componente subyacente, se registró una inflación anual de 4.09 por ciento y de 0.53 quincenal, acompañando a esta última, las mercancías aumentaron 0.40 por ciento y los servicios 0.13 por ciento, detalló Inegi.
En conjunto, la inflación general tuvo su resultado más alto para cualquier otra primera quincena de marzo desde 1998. A mediados de febrero el Banco de México redujo a 4 por ciento su tasa de referencia, luego de recortar 0.25 puntos base.
De acuerdo con analistas, el organismo espera que la inflación llegue a su máximo durante abril, debido al efecto de comparación con el mismo mes de 2020, cuando iniciaron los confinamientos por Covid-19 en México.
En un comentario, el grupo de análisis de Citibanamex dijo que sorprendió el repunte en la inflación de mercancías, la cual contribuyó a que el componente subyacente tuviera su mayor nivel en los últimos tres años, además el aumento continuo de los precios de la energía "también es una preocupación" no sólo por el aumento en sí mismo, sino por los efectos indirectos que podrían traspasar a los precios subyacentes.
Agregó que se espera que al cierre del año la inflación general sea de 4.0 por ciento, con riesgos al alza. Prevé que los precios de la energía se moderen, dado que los subsidios gubernamentales deberían seguir compensando parcialmente el incremento de los precios internacionales de la gasolina.