Nanning. China., Rusia y China rechazaron ayer la política de sanciones en su contra, en momentos en que la Unión Europea (UE), Gran Bretaña, Canadá y Estados Unidos impusieron ayer medidas coercitivas contra Pekín por supuestas violaciones de derechos humanos contra los musulmanes uigures en la región de Xinjiang.
“Es un error castigar a alguien hoy en día en el ámbito internacional y es poco inteligente utilizar esta lógica con respecto de Rusia y China”, dijo el canciller ruso, Serguei Lavrov, quien se reunió con su par chino Wang Yi, en la ciudad de Guilin, en la región autónoma de la etnia zhuang en Guangxi, en el sur de China.
Ambos diplomáticos señalaron que la comunidad internacional considera que Estados Unidos debe reflexionar sobre el daño que ha causado a la paz y el desarrollo mundiales en los últimos años, cesar la intimidación unilateral, dejar de inmiscuirse en los asuntos internos de otros países, y dejar de formar pequeños círculos para buscar la confrontación en bloque, se informó en un boletín oficial.
Coincidieron en que todos los países deben apegarse a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, defender el verdadero multilateralismo, hacer que las relaciones internacionales sean más democráticas, y aceptar y promover la coexistencia pacífica y el desarrollo común de los países con sistemas sociales y caminos de desarrollo diferentes.
Sobre el tema nuclear iraní, las dos partes señalaron que Estados Unidos debe volver incondicionalmente al Plan de Acción Integral Conjunto tan pronto como sea posible y revocar las sanciones unilaterales contra de Irán.
La Unión Europea inició en la mañana de ayer una oleada de medidas restrictivas coordinadas, que aumentan la presión sobre Pekín, con la publicación en su Diario Oficial de los nombres de cuatro funcionarios de la región autónoma china de Xinjiang, a los que sancionó.
Las medidas adoptadas por los cancilleres de los 27 países europeos, reunidos en Bruselas, son las primeras que el bloque adopta contra funcionarios de China desde la represión en la Plaza Tiananmen, en 1989.
De inmediato, el gobierno chino publicó una lista de 10 ciudadanos europeos, que incluye a parlamentarios, y a cuatro entidades objeto de sanciones, en represalia por la “grosera interferencia” en los asuntos internos del país, según la cancillería china.
“Este gesto, basado en nada más que mentiras y desinformación, descarta y distorsiona hechos” además de afectar la relación entre la UE y China, apuntó la cancillería. Los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido anunciaron horas después medidas similares a las europeas por la represión de los musulmanes uigures en la región autónoma de Xinjiang, noroeste de China.
El jefe de la diplomacia de la UE, el español Josep Borrell, señaló que las medidas de reciprocidad anunciadas por China eran “inaceptables” y reiteró la determinación del bloque en la defensa de los derechos humanos. “En vez de cambiar sus políticas y atender a nuestras legítimas preocupaciones, China una vez más ha mirado hacia otro lado”.
El bloque sancionó al ex secretario del Comité de Asuntos Políticos y Legales de Xinjiang, Zhu Hailun, además de otros tres funcionarios de esa misma región autónoma. Bruselas también incluyó en la lista de sanciones al Cuerpo de Producción y Construcción de Xinjiang, considerado un grupo paramilitar en la región uigur.
Represalias contra cinco eurodiputados
En contrapartida, la lista de sancionados por Pekín incluye a cinco eurodiputados –el francés Raphael Glucksmann, los alemanes Reinhard Butikofer y Michael Gahler, el búlgaro Ilhan Kyuchyuk y la eslovaca Miriam Lexmann– además del académico alemán Adrian Zenz, entre otros.
Así como cuatro entidades: la Fundación para la Alianza de las Democracias, creada por el ex primer ministro danés Anders Fogh Rasmussen; el think tank alemán Merics, especializado en China; el Comité Político y de Seguridad del Consejo de la UE y el subcomité de Derechos Humanos del Parlamento Europeo.
El gobierno holandés convocó al embajador chino en La Haya por las sanciones chinas contra su diputado Sjoerd Sjoerdsma, ya que la decisión china “es una respuesta totalmente injustificada”, señaló el primer ministro Mark Rutte.
El secretario de Estado esta-dunidense, Antony Blinken, anunció sanciones contra dos de los funcionarios que también fueron incluidos en la lista de la UE e indicó que “esta respuesta trans-atlántica coordinada envía un mensaje enfático a quienes violen los derechos humanos internacionales”.
El gobierno británico notificó sanciones a cuatro funcionarios del Partido Comunista Chino en la región de Xinjiang y la Oficina de Seguridad Pública. El canciller británico, Dominic Raab, aseguró que Pekín es culpable de esterilizaciones forzadas de mujeres uigures, vigilancia generalizada de la minoría musulmana y de “la mayor detención masiva de un grupo étnico o religioso desde la Segunda Guerra Mundial”.
Canadá sancionó a cuatro funcionarios y una entidad “por su participación en claras y sistemáticas violaciones” de derechos en Sinkiang.