Ciudad de México. La crisis por Covid-19 no sólo expulsó a millones de trabajadores del mercado laboral en México, también dejó fuera al menos a 2.3 millones de personas entre 3 y 29 años que no se inscribieron al ciclo escolar actual por causas directamente relacionadas con la pandemia.
Adicional a ellos, la falta de dinero o recursos fue impedimento para 2.9 millones, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En suma, 5.2 millones de personas entre 3 y 29 años no se inscribieron al ciclo escolar que está en curso, muestra la Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación (ECOVID-ED). Dicho proyecto es uno entre varios elaborados por Inegi para dar seguimiento a los efectos de la crisis y cubre 95 por ciento de los hogares en el país.
Entre la principales causas para los alumnos que no se inscribieron a este ciclo escolar, el 26.6 por ciento considera que las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje; 25.3 por ciento señala que alguno de los padres o tutores se quedaron sin trabajo y 21.9 por ciento carece de computadora, otros dispositivo o conexión de internet.
En total, 1.8 millones de personas sí acabaron el ciclo escolar 2019-2020, pero no se inscribieron al actual por alguna causa directamente vinculada con la Covid-19, 1.5 millones de ellos venían de escuelas públicas.
Parte de la deserción es el esquema de educación a distancia. Con el cierre de un año en los centros escolares, más de la mitad de la población de 3 a 29 años tiene mucha disponibilidad para asistir a clases presenciales una vez que se levante la restricción federal, de acuerdo con lo recuperado por Inegi.
La preferencia por regresar a las aulas se debe a que 58.3 por ciento de las vivien con alguien en edad escolar opina que no se aprende o se aprende menos que de manera presencial; el 27.1 por ciento considera que hay una falta de seguimiento al aprendizaje de los alumnos y 23.9 por ciento cree que no hay capacidad técnica o pedagógica de padres y tutores para transmitir los conocimientos.
Además de la deserción de un ciclo escolar al otro, en el curso 2019-2020, 738 mil 400 personas de 3 a 29 años dejaron sus estudios, entre ellas seis de cada 10 explicó que lo hacía por alguna situación derivada de la Covid-19.
El 28.8 por ciento dijo que perdió contacto con los maestros y no pudo hacer las tareas; 22.4 por ciento porque alguien en su familia se quedó sin trabajo; 20.2 por ciento porque su escuela cerró; 17.7 por ciento porque no contaba con dispositivos para acceder internet; 15.4 por ciento porque no se ven funcionales las clases a distancia y en 14.6 por ciento porque el padre o madre no pudieron estar al pendiente.
La mayor deserción el año pasado fue en la educación media superior, 3.6 por ciento, en este grupo además de los efectos de la Covid-19 también destacan como causas la falta de dinero y la necesidad de trabajar; en la secundaria alcanzó 3.2 por ciento; en preescolar y superior 2.2 por ciento; y en primaria 1.1 por ciento, detalló Inegi.
En ese mismo ciclo 2019-2020 salió una mayor proporción de estudiantes de escuelas privadas, 4.2 por ciento, frente a 2 por ciento de las públicas.
Otra vertiente de las clases a distancia son las carencias que había y hay para tomarlas. El 28.6 por ciento de las viviendas con población de 3 a 29 años hizo un gasto adicional para comprar teléfonos inteligentes, en 26.4 por ciento para contratar servicio de internet fijo y en 20.9 por ciento para adquirir mobiliario como sillas, mesas, escritorios o adecuar espacio para el estudio.
Por ahora, en escuela primaria y secundaria más de 70 por ciento de los estudiantes usan un celular inteligentes para tomar su curso, 58.8 por ciento de quienes cursan el bachillerato también usas esos dispositivos para dar seguimiento a sus clases y sólo en la educación superior se invierte esa relación y 52.4 por ciento cuenta con una computadora portátil.