Un fenómeno poco visto en la historia de las finanzas internacionales es que los ahorradores le paguen al banco por guardar su dinero. Ahora, en Europa y, en especial, en Alemania Deutsche Bank y Commerzbank cobran una tasa anual de 0.5% a los grandes inversionistas por cuidar su patrimonio.
Es cierto que en países con alta inflación muchas veces las tasas de interés reales son negativas. Por ejemplo, si los precios generalizados suben 10 por ciento anual y las tasas de interés son de 9 por ciento, los ahorradores pierden un punto porcentual de poder adquisitivo. Pero a este fenómeno hay que sumarle las tasas de interés negativas, lo que se traduce en que el inversionista en lugar de recibir intereses tiene que pagarle al banco por el dinero que ahorra.
Esta situación se presenta debido a que hay una gran liquidez, a que los gobiernos cobran a los bancos por mantener reservas inactivas y porque no hay muchos empresarios ni personas físicas que quieran tomar nuevos créditos; es decir, hay más oferta que demanda de dinero.
En contraparte a lo anterior, hay grupos que aprovechan la actual coyuntura para realizar nuevas inversiones y para adquirir empresas o participaciones accionarias a través de préstamos.
Un caso concreto es América Móvil (AMX) de Carlos Slim. Hace unas semanas esta firma realizó una colocación de bonos intercambiables por acciones en el mercado europeo por cerca de 2.1 billones de euros, recursos con lo que pagará deudas, comprará empresas en diversas partes del mundo y realizará nuevas inversiones; por desgracia poco de ese dinero llegará a México porque AMX no cuenta con condiciones regulatorias adecuadas para crecer. Pero lo más interesante de esta colocación es que en lugar de pagar intereses, le regalarán parte de los recursos, ya que “pagará” a tres años un interés negativo de 1.53%.
La gran liquidez que existe en el mercado global es una oportunidad para endeudarse, pero son pocas las personas y las empresas que tienen la solvencia necesaria para tomar el financiamiento y sobre todo para utilizarlo productivamente.
El resultado de este proceso será una mayor concentración de la riqueza entre aquellos grupos que tengan la visión de invertir correctamente los recursos conseguidos a través del financiamiento a precios de regalo.