El pasado viernes los consorcios Fomento Económico Mexicano (Femsa, propietaria de la cadena de tiendas Oxxo) y Grupo Bimbo –el monopolio panadero de la siempre pía familia Servitje– reaccionaron de inmediato a las observaciones presidenciales, de que empresas como las citadas pagan mucho menos por consumo de energía eléctrica de lo que cubre una familia de clase popular o media, “paga mucho más el dueño de una tienda de abarrotes de una colonia, de un barrio, de un pueblo, que lo que paga un Oxxo”. Y al carro subió a la trasnacional Walmart.
Pues bien, Femsa (también la mayor embotelladora de Coca-Cola en América Latina) rápidamente emitió un comunicado en el que aseguró que en 2020 las tiendas Oxxo pagaron a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) mil 576 millones de pesos, a razón mensual promedio de 14 mil 52 pesos por tienda conectada a energía renovable (a cada una de ellas se le subsidia con 26 mil 544 pesos). “Por medio de contratos con cinco parques eólicos en el país satisfacemos 69.4 por ciento de nuestras necesidades de electricidad. El suministro de energía renovable que surte a nuestras operaciones nunca ha ido en perjuicio del Estado mexicano. Los contratos correspondientes son legales y legítimos”.
A su vez, Grupo Bimbo aseguró que “paga en su totalidad sus tarifas eléctricas conforme a la legislación aplicable en cada uno de los países en donde opera”, que son muchos, y destacó que posee plantas eólicas que abastecen al corporativo.
Ésa fue su explicación oficial, pero en la mañanera de ayer el presidente López Obrador divulgó un elemento no incluido por los citados consorcios: Femsa, Bimbo, Walmart y muchas más (todas propietarias o principales clientes de empresas eólicas, como Iberdrola) pagan tres tantos menos que los consumidores con tarifa doméstica no subsidiada y la mitad de lo que cubre una tienda de abarrotes de colonia, barrio o pueblo. “Y si lo comparamos con un hogar sin subsidio pues…”, señaló el mandatario.
Reseñó: “esto de la industria eléctrica es parecido a lo que sucedía con los impuestos. Pagaba impuesto el pueblo raso, pero no los de arriba o se les devolvían los impuestos, se les condonaban, y una gente humilde, un indígena, un campesino, un obrero, un profesional, un pequeño, mediano comerciante, empresario, tenía que pagar los impuestos, pero las grandes corporaciones no pagaban, se les condonaban, miles de millones de pesos; nada más que esto como que pasó de noche, no se dice nada, pero era una gran injusticia”.
“Lo mismo el caso de la industria eléctrica”, sostuvo, pues los “reformistas” de Peña Nieto “durante mucho tiempo engañaron que el subsidio se lo daban a la gente, al consumidor. Pues no, la mayor parte del subsidio va a las grandes corporaciones. ¿Cómo es posible que una familia de clase popular, de clase media o un dueño de una tienda de abarrotes pague más que lo que paga un Oxxo? ¿Cómo le hicieron? Si lograron contratos especiales porque se reformaron las leyes o porque supuestamente ellos son generadores de energía limpia, pero el resultado al final es que tienen un subsidio. ¿Y quién paga el subsidio? El pueblo, porque se paga con dinero del presupuesto, que es dinero del pueblo”.
En el transcurso de la mañanera mostró varias gráficas para documentar su dicho, en especial el relativo a que los grandes consorcios pagan tarifas (tres tantos) menores a las que cubren los mortales. “No hay ningún problema con Oxxo, Bimbo y Walmart (todos subsidiados), nada más que entiendan que hay que buscar el diálogo para arreglar este asunto, porque es injusto. Voy a pedir a los de la Comisión Federal de Electricidad que vengan aquí a explicar”, e invitó a los consorcios privados a que detallen el porqué del subsidio, “que nombren una comisión y que se pueda llevar a cabo un diálogo abierto con los medios”.
Las rebanadas del pastel
Quien sigue otorgando “suspensiones definitivas” como si fuera manda es el juez Juan Pablo Gómez Fierro, ídolo de las trasnacionales de la energía eléctrica que operan en México. Sólo ayer concedió nueve para evitar la reforma eléctrica promovida por el presidente López Obrador. Hasta ahora suman 50, pero no tiene llenadera.