Unas de las problemáticas más dolorosas en México, la desaparición forzada, la trata y el tráfico de personas, son tema de la propuesta artística silente Deshuesadero suite, puesta en escena que se transmite en las plataformas digitales del Centro Nacional de las Artes (Cenart).
Con dramaturgia de Carolina Pimentel, Alfredo Romero y Daniel Loyola, Deshuesadero suite es una especie de “comedia oscura”, en la que se conjugan el teatro de objetos y el uso de máscaras, comentó Loyola en charla con La Jornada.
La desaparición forzada y el tráfico de personas es un problema enorme a escala global, en el que de alguna manera todos estamos involucrados, agregó el creador escénico.
Esa dolorosa, violenta y atroz realidad es tratada desde una perspectiva onírica y simbólica, en un tono de comedia oscura y lúdica sátira. Es una obra en la que no hay diálogos hablados, éstos son corporales y gestuales. La propuesta apela más a la cuestión estética, visual y emocional, que provoque cierta comicidad y absurdo, pero no una risa fácil y complaciente, sino una que se congela en la incomodidad, explicó Loyola.
Adaptada para la pantalla
En Deshuesadero suite actúan Abril Mondragón, Alfredo Romero y Daniel Loyola; la música original en vivo está a cargo de Francisco Solís, Dalí Sánchez y Vicente Romo; la iluminación es de Abimael Méndez; el vestuario, de Laura Martínez, y el diseño y realización de máscaras está a cargo de los dramaturgos.
Debido a la pandemia se suspendieron las funciones presenciales; sin embargo, los creadores realizaron una adaptación para la pantalla, trabajo que implicó explorar e idear las tomas de las cámaras, los planos y secuencias.
Quedan tres transmisiones de la grabación de Deshuesadero suite, los días 25, 27 y 28 de marzo a las 18 horas, en las plataformas interfaz.cenart.gob.mx y Facebook del Cenart.
