Ciudad de México. En América Latina y el Caribe, 166 millones de personas carecen de acceso a un servicio de agua gestionado de forma segura, aseveró Julio Berdegué, subdirector general y representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) para la región.
En un foro virtual celebrado a propósito del Día Mundial del Agua, agregó que en pleno siglo XXI, sólo 65 por ciento de los habitantes de la región tiene acceso al agua potable y apenas 22 por ciento al saneamiento.
Esto a pesar de ser una de las regiones más ricas con acceso a ese recurso, pues América Latina y el Caribe cuenta con poco más de un tercio del total de agua dulce del planeta, con un promedio de 28 mil metros cúbicos anuales por habitante. “Esto es cuatro veces más que la dotación media de otros sitios del planeta”.
Berdegué participó este lunes en una conferencia virtual en la que se presentaron estudios sobre la gestión del agua en países de Centro y Sudamérica, en ese foro advirtió: “estimamos que en cuatro años más, alrededor de mil 800 millones de personas vivirán en regiones o países con escasez absoluta de agua; además, en 2030 el mundo enfrentará un déficit de 40 por ciento entre la demanda prevista y el agua disponible”.
A escala mundial, dijo, la agricultura actualmente consume 70 por ciento del agua total y para 2050 se necesitará que la producción agrícola aumente en 50 por ciento para alimentar a 9 mil 700 millones de personas, lo que significará que la extracción del líquido deberá crecer 15 por ciento.
Planteó diversas propuestas para enfrentar el reto, como impulsar prácticas sostenibles en el manejo de cuencas, gestión integral de suelos y aguas, cuidado de los mantos, invertir y mejorar los sistemas de monitoreo; pero sobre todo, subrayó, “ninguna solución será posible si no modernizamos y mejoramos la gobernanza del agua, es decir, las reglas que gobiernan el acceso y el uso del recurso”.
Por separado, el relator especial de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos al Agua Potable y al Saneamiento, Pedro Arrojo, refirió que se debe distinguir cuatro “niveles éticos” entre los distintos usos del líquido: agua para la vida, “que debe ser el nivel prioritario”; agua de interés público, agua para la economía y agua delito.