La Comisión de Derechos Humanos (CDH) de la Ciudad de México reconoció el legado del artista plástico Vicente Rojo, quien falleció recientemente, y destacó por su pintura y escultura modernista, así como por promover el arte en nuestro país.
Una parte de su legado, explicó, está plasmado y es compartido diariamente en la sede del organismo, ya que el artista donó su obra titulada Letra Azul, escultura que puede apreciarse en la entrada de los salones Digna Ochoa desde 2014.
Su labor quedó inscrita en distintas generaciones de mexicanas y mexicanos por medio de sus enseñanzas durante la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI, por lo que es una de las figuras centrales de nuestra cultura.
A los 17 años llegó a México como exiliado de la guerra civil española y siempre vivió rodeado de ideas republicanas y defendió los ideales de libertad para crear y pensar; luchó por la inconformidad y la resistencia, recordó.
Su ingenio y ejecución marcarían la historia de las artes plásticas en nuestro país, por lo que fue considerado como uno de los artífices del movimiento de la “Ruptura”, que el mismo Vicente prefería llamar de la “Apertura”, al renovar las formas y el color.
Esa labor lo llevó a colaborar con diversos artistas, escritores e intelectuales como Abel Quezada, Juan Soriano, Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Octavio Paz, Gabriel García Márquez, José Emilio Pacheco y Carlos Monsiváis, entre muchos otros.
Además, esa relación lo convirtió no sólo en importante actor cultural, sino político y social, pues no sólo diseñó y formó libros, suplementos y revistas, sino periódicos como La Jornada (del que también fue fundador) y Unomásuno.
En los años recientes desarrolló diversos proyectos de obra pública y privada e impulsó, junto con Javier Alejo, ex director del Fondo de Cultura Económica, el proyecto Pago en Especie de contribuciones fiscales a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Mediante ese mecanismo donó más de 100 obras de las series Negación, Recuerdos, Señales, México bajo la lluvia, Volcanes, Códices y Escenarios, las más importantes para él, y recibió el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional Autónoma de México.