Trastornos del sueño, como el insomnio y los ronquidos, han aumentado significativamente durante la pandemia de Covid-19. Estas alteraciones no sólo se han presentado en personas que se contagiaron del virus, sino también en población en general, señaló Reyes Haro Valencia, director del Instituto Mexicano de Medicina Integral del Sueño.
Indicó que el confinamiento, el trabajo en casa, los cambios de horario, la disminución de actividad física, entre otras situaciones, han modificado los indicadores de calidad de sueño y por eso cada vez hay más personas durmiendo mal.
En conferencia virtual, organizada por el Universum Museo de las Ciencias, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que las personas que se han contagiado de Covid-19 “están presentando mayores índices de ronquidos y caídas de niveles de oxígeno”. En las noches, explicó, baja la oxigenación “porque están roncando o porque tuvieron alguna alteración a nivel pulmonar” por la infección. Y recordó que roncar no es normal, siempre provoca problemas cardiorrespiratorios.
Múltiples consecuencias
Haro Valencia expuso que el sueño alterado provoca cambios en el estado de ánimo, problemas de atención y memoria, cansancio, incrementa el riesgo de sufrir accidentes como caídas, afecta el sistema inmune y puede llevar al aumento de peso.
El sueño es un proceso vital para el organismo, tal como lo es la alimentación, “cubre múltiples funciones, no sólo es descanso, el cuerpo se restaura, producimos sustancias con las que habremos de funcionar al día siguiente”, destacó.
En el Día Mundial del Sueño, que se conmemoró el viernes, mencionó que en los adultos la recomendación es dormir ocho horas; no obstante, en las sociedades modernas el promedio es de seis horas. Los bebés duermen alrededor de 18 horas, los niños entre 10 y 11 y los adolescentes nueve horas. El especialista indicó que el mejor momento para dormir es de las 11 de la noche a las 7 de la mañana, ya que nuestro organismo y cerebro están diseñados para descansar de noche y estar despiertos de día. Sin embargo, resaltó, hoy muchas personas han desplazado sus horarios al grado que algunos se duermen entre las 3 y 4 de la mañana y se levantan después del mediodía.
Destacó que algunos indicadores de buena calidad de sueño son tardar en promedio 10 minutos en quedarse dormido, que si una persona se despierta en la noche, pueda volver a dormir, y soñar.