Ankara. Miles de personas salieron a las calles ayer en Turquía para pedir al presidente Recep Tayyip Erdogan que revoque su decisión de retirar al país de un emblemático tratado internacional que intenta combatir la violencia contra las mujeres.
“¡Anula tu decisión, aplica el tratado!”, coreaban miles de mujeres y hombres congregados en el distrito de Kadikoy, en Estambul. Los manifestantes portaban retratos de mujeres asesinadas.
“Estoy harta de este Estado patriarcal. Estoy harta de no sentirme segura. ¡Ya basta!”, declaró a la Afp Banu, una de las manifestantes. En Ankara y Esmirna (oeste) también hubo concentraciones, menos numerosas, según los medios.
La decisión de abandonar este tratado, el primer instrumento supranacional que fija normas obligatorias para evitar la violencia contra las mujeres en una treintena de países, fue anunciada en un decreto presidencial publicado la noche del viernes al sábado.
Marija Pejcinovic Buric, secretaria general del Consejo de Europa de 47 naciones, de la que Turquía es miembro, calificó la decisión de Ankara de “devastadora”.
“Esta medida es un gran revés... y es tanto más deplorable porque compromete la protección de las mujeres en Turquía, en toda Europa y más allá”, señaló.
“Este es el verdadero rostro del gobierno turco actual: desprecio completo del estado de derecho y disminución total de los derechos humanos”, denunció en Twitter el relator del Parlamento Europeo para Turquía, Nacho Sánchez Amor.
El presidente turco mencionó la posibilidad de retirarse de este tratado el año pasado, en un intento de granjearse el apoyo de los votantes más conservadores en un momento de crecientes dificultades económicas.
El gobierno no ofreció razones para el retiro anunciado en el Diario Oficial. Varias autoridades locales aseguraron que las leyes turcas y no las normas extranjeras protegerán mejor los derechos de las mujeres.
La convención, forjada en la ciudad más grande de Turquía, ha dividido al partido gobernante AKP, de Erdogan, e incluso ha causado tensiones dentro de su familia. El año pasado, funcionarios dijeron que el gobierno evaluaba el retiro en medio de una disputa sobre cómo reducir los crecientes episodios de violencia contra las mujeres.
“Todos los días nos despertamos con noticias de feminicidios”, declaró Hatice Yolcu, estudiante en Estambul, donde cientos de mujeres con banderas moradas marcharon en protesta por la decisión del gobierno.
“La muerte nunca termina. Las mujeres mueren. No les pasa nada a los hombres”, sostuvo.
Muchos conservadores en Turquía y en el partido AKP –de raíces islamitas– sostienen que el pacto europeo socava las estructuras familiares y fomenta la violencia.
Algunos también se muestran hostiles al principio de igualdad de género de la convención y lo ven como una promoción de la homosexualidad, dada la no discriminación del pacto por motivos de orientación sexual.