La Paz. La ex presidenta de facto Jeanine Áñez, encarcelada por el golpe de estado de 2019 en Bolivia, fue trasladada la madrugada de ayer de la prisión de Obrajes al Centro Penitenciario Femenino de Miraflores, ambos en La Paz, para vigilar su estado de salud, situación verificada por una misión de la Organización de Naciones Unidas, luego de que las autoridades le negaron atenderse en un hospital por un cuadro de hipertensión.
El director general de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, informó en conferencia de prensa que la salud de Áñez, de 53 años, es “estable” y que el cambio fue para darle mejor atención médica. “De acuerdo con el cuadro clínico de la señora, tenemos todo para resguardar su salud”, afirmó.
El funcionario destacó que en el centro femenil disponen de oxígeno, monitores cardiacos y otros instrumentos necesarios para que el personal de salud o especialistas puedan “desarrollar su actividad” en las instalaciones.
Limpias confirmó sobre el envío de un equipo del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en el país a la prisión para verificar que “no se ha vulnerado ningún derecho” de la también abogada.
“Me sacaron diciéndome que iba a la clínica”, relató Áñez en un breve contacto con la prensa durante su traslado en una ambulancia tras salir de la prisión de Obrajes. Los hechos se producen después de que un tribunal de La Paz solicitó el viernes el traslado a una clínica por el deterioro de salud que presentó tras ser encarcelada, pero la petición fue revocada por la procuraduría horas después.
La procuraduría solicitó que la valoración médica fuese dispuesta por personal del Instituto de Investigaciones Forenses, dependiente de la fiscalía, o médicos especialistas de un hospital público que fuesen a la cárcel para valorar la salud de la ex presidenta derechista.
Áñez fue detenida el pasado día 13 y sentenciada a prisión preventiva por su participación en el golpe de Estado contra el ex presidente Evo Morales en noviembre de 2019. Es acusada de los delitos de sedición, terrorismo y conspiración con base en una denuncia de una ex diputada oficialista del Movimiento Al Socialismo.
La justicia boliviana amplió de cuatro a seis meses la detención preventiva para Áñez, se informó anoche.
Ante las críticas de los opositores por la detención de la ex mandataria golpista, el presidente Luis Arce expresó la víspera que no se trataba de “odio ni venganza, sino de justicia”. En tanto, un cabildo en la ciudad de La Paz pidió la libertad de la ex mandataria y de dos de sus ex ministros.