Un amor en permanente estado de confusión y apatía no conforma únicamente la cotidianidad de una pareja de jóvenes citadinos sino el tono narrativa de Hugo Villaseñor en su cinta debut ¿Qué harás cuando Dios muera? (México, 2020). Tanto el Güero (Eduardo Eliseo Pelukaz Martínez) como Ximena (Joselyn López) se deslizan por el tiempo sin intentar modificar en un ápice su insatisfactoria como profundamente monótona existencia.
Es en esa vacuidad, en la que incluso el esfuerzo por trabajar para ganarse un dinero y pagar la renta sin esquilmar a familiares y amigos, está vedado por la inanición y la inopia del dúo que ni siquiera intenta nutrir la pasión sensual que los mantiene encadenados uno al otro. Así, los encontraremos iniciándose en el mundo del cine porno en el estudio de un desenfadado productor mexicano (Gerardo Delgado El Diablo productor de Mecos Films) autointerpretándose simplemente para ganarse un dinero fácil que les permita mantener la inercia de su vida cotidiana, con sándwiches de frituras industriales, infaltable la cerveza y el vino junto a botellas de alcohol, cigarros compartidos y la certeza de que es preferible esa vida incómoda que los hogares materna y paterno, de los que han huido a la primera oportunidad.
“Tal vez en esa época (la filmación ocurrió en 2018) yo era muy nihilista y pesimista, pero traté de retratar a la generación millenial, de la cual soy parte, pero sin que sea esa la verdad ni que todos sean así. Es la representación del miedo de mi generación, pues tenía un tiempo de haber salido de la carrera de cine y se nos prometió que íbamos a ser los rockstars y la solución para la cinematografía mexicana, la nueva esperanza, pero llega la realidad y te das cuenta que no es así. Y no es que sea culpa del sistema o de la gente que lo representa, simplemente así sucede”, relata Hugo Villaseñor.
Los miedos generacionales que se representan en la película, prosigue el realizador, retratan a personas que mantienen un uso extendido de las redes sociales digitales por lo que su mirada del mundo es muy diferente, sin que sepa a ciencia cierta si es mejor o peor, especialmente porque muchos de ellos tienen el tema del Yolo (acrónimo inglés para el “sólo se vive una vez”).
“Parecerá una tontería pero en mi círculo, conocí mucho eso, pareciera que pensamos que nunca nos vamos a hacer viejos o a morir. Y la gran mayoría carece de seguro social o médico privado, ni posee una casa. Nos guste o no, esta pandemia nos fue poniendo en evidencia muchísimo y nos obligó a evolucionar, a acoplarnos a lo que ya está aquí”, explica.
La obra es una apuesta por la desnudez fílmica, sin artificios ni ornamentos, en un formato cuadrado y con imágenes graneadas, yuxtapuesta por fotografías fijas con voz en off, dibujos y animaciones, realizadas por el mismo director, con entrevistas a un grupo patinadores, compañeros de Eduardo Eliseo, que rompen la cuarta pared y muestran un personalísimo estilo.
“Me gusta mucho dibujar, y pinto y me gusta el elemento plástico, aunque no soy un fotógrafo profesional me gusta mucho hacer foto, y realmente quería hacer una película ruidosa, que no dejara neutro al espectador: que le gustara o que la odiara. La estética del grano, del dibujo, de las escenas de skateboarding tienen la intención de retratar lo cotidiano pero también la mugre, porque creo que estamos en una época en que se hace un cine muy aséptico, muy limpio y perfecto en que los actores no se equivocan, todo es emocionante y parece que no hay espacio para los tiempos muertos. Y lo cotidiano también puede aparecer en una película”, explica.
¿Qué harás cuando Dios muera? forma parte de la sección competitiva Ahora México del 11 Festival Internacional de Cine UNAM y tendrá su estreno mundial hoy a partir de las 13 horas en la plataforma Cinépolis Klic.